Ir al contenido principal

Padres equipados

Sábado por la mañana. Estoy durmiendo en los brazos de Morfeo después de una semana intensa. Estoy soñando algo raro, como siempre, que no consigo descifrar. Y, de pronto, a las 6:30 de la mañana, suena el despertador. ¿6:30 de la mañana un sábado? ¿6:30?¡6:30!¡Mierda!¿Pero qué...?
Y acto seguido recuerdo que uno de mis churumbeles ha decidido que de mayor quiere ser futbolista, con lo cual su amantísima madre lo apuntó a clases de fútbol (soccer, como lo llaman en Massachusetts) y los partidos se juegan durante todo el otoño los sábados a las 8 de la mañana.
Resignada, paro el maldito despertador y me preparo el desayuno. Despierto a mi futbolista en potencia, y nos vamos al campo de fútbol, para delicia de los pequeños, que no de los padres. Como me estoy americanizando a marchas forzadas, éste sábado he llegado al campo equipada con todo el material necesario, orgullosa de que mi retoño se vaya de mi lado para jugar un partido de maldito fútbol. Ay, perdón. Aquí describo mi atuendo, similar al de los padres que están a mi lado:

EQUIPAMIENTO PADRÍSTICO:
- Ropa deportiva. En mi caso, zapatillas de deporte (sneakers), leggins, camiseta de algún club deportivo de Boston (Bruins, Celtics, Red Sox, Patriots, da igual el deporte, la cuestión es que sea deporte y de Boston), jersey (sweatshirt) con el nombre de la escuela de mi hijo mayor impresa en la parte de delante, y gorra de Cape Cod, por supuesto, esperando que alguna nube del horizonte deje que algún rayo de sol impacte sobre mi cabeza. 
- Café. Puede ser fabricado en casa, o comprado a medio camino entre el hogar y el campo de fútbol. En mi caso es del Starbucks, y el de la mayoría de los padres que otean a mi alrededor, también.
- Silla. Si, silla de lona, plegable, que saco de su funda para extenderla y poderme sentar. Hay variedad variopinta en este tipo de sillas. Hay algunas con un parasol incorporado, hay algunas con un espacio para la taza de café, pero todas son de lona y plegables, y los sufridos padres las cargamos a la espalda mediante una cinta a nuestra llegada, las abrimos para el partido y las plegamos cuando nuestros hijos han terminado de aporrear la pobre pelota.

Y así, sentados en nuestra silla de lona, bostezando y aplaudiendo a la par, observo a mi hijo seguir a una pelota junto a sus compañeros, mientras aplaudo, le tiro una foto y grito "Good job" cada cinco minutos. Quizá soy gilipollas. Es posible.



Comentarios

Entradas populares de este blog

De como el ratoncito conoció al elfo

"¡Mira, mamá!" me dice mi pequeño orgulloso, mostrándome una pequeña caja de plástico azul en forma de baúl. "¡El diente que se me movía se me ha caído durante la comida en el cole!". Pues veremos lo que te trae esta noche el Ratoncito Pérez. En casa, aunque en Massachusetts, intentamos mantener las tradiciones con las que hemos crecido mi marido y yo. En el caso de los dientes, a nuestros pequeños no los visita el hada de los dientes americana, la famosa Fairy Tooth . En nuestra casa aparece el Ratoncito Pérez, para traer algún pequeño regalito como intercambio del diente que descansa quietecito debajo de la almohada. Pero hoy mi pequeño me pide que yo misma hable con el Ratoncito Pérez y le pida un regalo inusual. "Mamá, yo quiero que el Ratoncito Pérez me traiga de regalo al Elf on the shelf ". ¿Cómo?¿Y ese quién es? Reconozco que lo he visto multitud de veces en multitud de tiendas por las que paseo para encontrar regalos innecesarios para gen

Positivizando

He decidido publicar un listado de cosas que me gustan de Massachusetts.  Me encantaría saber si alguien comparte alguno de los puntos que ahora mismito menciono, dondequiera que sea el trocito de mundo donde vive. Y se me ha ocurrido lanzar la campaña "POSITIVÍZATE", para que todos contemos aspectos negativos de donde vivimos, pero en plan positivo. Seguro que encontramos muchas situaciones que en principio no son chulas, pero a las que conseguimos darle la vuelta y disfrutarlas. ¡Atrévete! Aquí van las mías: - En países calurosos, poco después de hacer la compra y ponerla en la parte de atrás del coche, debes correr para que los alimentos congelados (entiéndase pizzas, guisantes y helados) no se descongelen. Aquí en Massachusetts, con el frío que tenemos, después de la compra podría ir a dar una vuelta, recoger a los niños, irme al trabajo, pararme en un Starbucks y, al llegar a casa, la comida congelada continuaría estando congelada . Creo que esto es una p

Concepto playa en primavera

Debo reconocer que las playas que conocía hasta la fecha y las playas de Massachusetts son radicalmente diferentes. En todo. Bueno, vamos a comprobarlo: Vamos a por las similitudes: la única similitud que he podido encontrar es en lo básico, es decir que en ambos sitios hay agua salada (supongo) y arena. Nada más. Vamos a por las diferencias: Concepto playa en primavera anterior a Massachusetts: Llegas a la playa, te descalzas y caminas por la playa, tranquilamente, hasta que llega el momento de gritar como una posesa para impedir que tus niños se metan derechitos al agua, que en primavera aún está fría. El sol te pica la cara y unas gafas de sol nunca vienen mal. Después del paseo, encuentras un chiringuito con vistas a la playa y te sientas junto a tu media naranja y padre de tus hijos, mientras disfrutáis de una cervecita muy fría, unas aceitunas y una patatitas. Escuchas el ruido de las olas al chocar contra la playa, sientes a tu marido cerca y observas como est