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Mostrando entradas de octubre, 2018

De manzanas recolectadas

¿Aún no habéis ido al "apple picking"? ¡Es fantástico! Awesome, fantastic, lots of fun, amazing. Cuando era época de recolección de manzanas, oséase temporada de otoño en Massachusetts, antes de que la nieve cubra todo el paisaje de un blanco nuclear, todos los padres y madres con los que me encontraba en mi camino me hablaban de lo increíble que era ir a recoger manzanas. Padres y madres de niños pequeños y no tan pequeños, incluso padres de adolescentes me decían que el "apple picking" era una experiencia sin parangón. Mi significant other era escéptico a este tipo de manifestaciones lúdicas americanas, puesto que ellos ponen mucho énfasis en cosas que nosotros no valoramos tanto. Y viceversa. Pero yo me dejé convencer, puesto que no era sólo una persona, ni dos ni tres, la que me hablaba maravillas de la recolección, sino casi casi todo el estado de Massachusetts al completo. Así pues, un día que el padre de mis hijos estaba ocupado en sus quehaceres, yo m

De alemanes y tal, Oktoberfest

En septiembre, en un pequeño pueblo de Massachusetts, fuimos a la Oktoberfest, invitados por una amiga argentina de raíces judías. Si. Repito. En septiembre (no en octubre), en un pequeño pueblo de Massachusetts (un pueblo de un estado americano de los Estados Unidos) fuimos a la Oktoberfest (una fiesta tradicional alemana que traducida debe ser la fiesta del otoño), invitados por una amiga argentina de raíces judías (o sea, que en su DNA no aparece la raza germana ni por casualidad).  Nadie hablaba alemán, o al menos nadie que yo escuchara lo hablaba. Pero la cerveza en grandes vasos y las kartoffen en grandes platos pululaban en las manos de casi todos los allí presentes. Muchas de las mujeres, mi menda incluída, se hizo unas trenzas y se compró una diadema de flores artificiales. Y así, ni cortos ni perezosos, un montón de americanos y demás orígenes (muy pocos de los cúales parecían eslavos), nos reunimos en un acampado para celebrar una fiesta de la que no conocíamos los orígenes

Genética mejorada

Me encanta comprobar la teoría de la evolución en mis propias venas. Me complace ver como mis retoños me superan en gran cantidad de temas. Sin ir más lejos, a mi me apasiona leer. Mucho. Recuerdo que mis padres me reñían porqué me encontraban leyendo en cualquier rincón de casa, obviando los quehaceres domésticos. Pero tenía un talón de Aquiles: cuando me subía a un coche, no podía leer una línea de un libro sin marearme. Mucho. Ya sin la lectura, mis viajes en coche eran un martirio, vomitaba si eran largos (entiéndase por largos más de una hora y media de trayecto), con lo cual, siempre que probaba de leer, mis trayectos eran infernales. Pasé mi infancia y adolescencia con trayectos en coche mareada, con la ventanilla abierta para que el aire me refrescase mi mente enturbiada. Y sin poder leer una línea del libro que en aquellos momentos ocupaba mi actividad cerebral.  A mis hijos les apasiona leer. Mucho. Y con la mejora genética, puedo asegurar y aseguro que son capaces de le

La media maratón de Boston y mi Significant other

Mi Significant other ha participado en la media marathon de Boston, que se ha celebrado el día 7 de octubre de 2018. ¿Y quién es el Significant other?¡Ajá! Pues al que yo llamo el padre de mis hijos, o mi marido, o mi pareja. Para los americanos, el Significant other es una forma de nombrar a tu pareja,  de la forma más políticamente posible. Porque, desengañémonos, en nuestra sociedad, cada día aparecen nuevas formas de entenderse el concepto de familia, de vida. Familias monoparentales, familias con parejas casadas legalmente con anteriores parejas, parejas del mismo sexo, parejas, parejas, familias, familias, hijos de una anterior relación, hijos de antes y de ahora con los de antes que también son los de ahora... y los americanos han encontrado una fórmula especial y correcta para designar a tu pareja actual, o más bien, a la persona que más significa para ti en estos momentos. Significant other. Y todos contentos. O no. Y aquí estábamos, mi significant other participando en la

Padres equipados

Sábado por la mañana. Estoy durmiendo en los brazos de Morfeo después de una semana intensa. Estoy soñando algo raro, como siempre, que no consigo descifrar. Y, de pronto, a las 6:30 de la mañana, suena el despertador. ¿6:30 de la mañana un sábado? ¿6:30?¡6:30!¡Mierda!¿Pero qué...? Y acto seguido recuerdo que uno de mis churumbeles ha decidido que de mayor quiere ser futbolista, con lo cual su amantísima madre lo apuntó a clases de fútbol (soccer, como lo llaman en Massachusetts) y los partidos se juegan durante todo el otoño los sábados a las 8 de la mañana. Resignada, paro el maldito despertador y me preparo el desayuno. Despierto a mi futbolista en potencia, y nos vamos al campo de fútbol, para delicia de los pequeños, que no de los padres. Como me estoy americanizando a marchas forzadas, éste sábado he llegado al campo equipada con todo el material necesario, orgullosa de que mi retoño se vaya de mi lado para jugar un partido de maldito fútbol. Ay, perdón. Aquí describo mi atu