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Mostrando entradas de 2015

Los canelones de la abuela

Navidad . Cuando era pequeña, yo sabía que se acercaba la Navidad porque mi abuela y mi madre estaban largas horas en la cocina preparando los canelones. Mi hermana y yo nos escabullíamos dentro de la cocina y, armadas con una cuchara, engullíamos un poco del relleno de los canelones, justo antes de que mamá o la abuela nos dijeran que eso estaba terminantemente prohibido. ¡Pero es que estaba tan rico...!¡Y reconozco que nos divertíamos incumpliendo las reglas establecidas en casa (nota mental: no compartir este párrafo con mis hijos)! Llegado el día de Navidad, lo que mi madre y mi abuela habían tardado horas en cocinar nosotros nos lo zampábamos en un santiamén. ¡Y lo deliciosamente sabrosos que estaban los canelones de mamá! Los años pasan, y los canelones de mamá han pasado a ser los canelones de la abuela. Esa abuela que se desvive por sus nietos y que los espera con emoción para estas fechas navideñas, en las que todos intentamos estar en casa, cruzando mares y océanos par

Papás, Star Wars y niños

Cuarenta años. Casi. Los que éramos niños hace la friolera de cuatro décadas ya, disfrutamos en aquel momento con la primera entrega de la saga Star Wars , o de la Guerra de las Galaxias , tal y como yo la conocía antes de llegar a Massachusetts. Los entonces niños en aquel tiempo muy, muy lejano, alucinamos con las espadas de luces, la voz maléfica de Darth Vader, las frases del maestro Yoda, lo guapo que era Luke Skywalker, las trenzas en forma de ensaimada de la princesa Leia, el pasotismo de Han Solo, la gracia de R2D2 y la tecnología del Halcón Milenario y la Estrella de la Muerte. Todos los niños de aquel entonces coleccionamos cromos con imágenes de las películas, los niños simulaban ser Luke Skywalker y las niñas nos imaginábamos un mundo de color de rosa siendo la princesa Leia. Pasó el tiempo, y unos veinte años después, cuando los pequeñajos de aquel entonces ya no teníamos ni acné, nuestro primer trabajo nos trajo el segundo y el tercero, y la casa de nuestros padres

Las abuelas y las redes sociales: Whatsapp

Tenemos una tía abuela que se desvive por nuestros hijos. Y desde que estamos en Massachusetts, ha decidido, a sus más de setenta años, ponerse al día con el tema de las redes sociales .  Skype y Whatsapp ya son herramientas que domina y con las cuales tenemos conversaciones más o menos divertidas y casi siempre desconcertantes.  Whatsapp es la vía de comunicación más fluida y con la que nos liamos muchas veces, aunque siempre es gratificante encontrar a la tía abuela al otro lado de la línea. Pongo algunos ejemplos de comunicación a través del Whatsapp en la que no siempre se ha llegado a un entendimiento por las dos partes: Tía abuela : "Qwjrd." Yo : "OK, mensaje en clave. Intento descifrarlo pero no lo consigo." Tía abuela : "¿no te va el guaps? no me dices nada." Yo, al cabo de muchas horas : "El Whatsapp funciona, pero no he podido contestarte antes." Tía abuela : envío de una foto de mi sobrino pequeño, aunque la fot

La trituradora

Mi secreto mejor guardado hasta la fecha: la trituradora es ese objeto escondido dentro del fregadero que me da pavor. Si, PAVOR, MIEDO TERRIBLE con mayúsculas. Pongámonos en situación: - Acabamos la comida. - Pido a mis dos churumbeles que quiten sus platos de la mesa. - Pido otra vez a mis niños queridos que quiten por favor los platos de la mesa. - Grito a mis hijos amados que saquen ya de una vez sus platos de la mesa. - Una vez conseguida la tarea más ardua, llega el momento esperado por cualquier mujer: ponerse delante del fregadero a lavar los platos. - Intento poner dentro del lavavajillas todo lo que encuentro en el fregadero. Todo. Apilado. - Llega mi amantísimo marido y racionaliza lo que he puesto dentro del lavavajillas para un óptimo lavado. - Oséase, que devuelve al fregadero la mitad de los cachivaches que debo fregar si o sí, sin excusas. - Friego la maldita cazuela, vasos y algún plato que debía haberse quedado dentro de la máquina de lavar.

Positivizando

He decidido publicar un listado de cosas que me gustan de Massachusetts.  Me encantaría saber si alguien comparte alguno de los puntos que ahora mismito menciono, dondequiera que sea el trocito de mundo donde vive. Y se me ha ocurrido lanzar la campaña "POSITIVÍZATE", para que todos contemos aspectos negativos de donde vivimos, pero en plan positivo. Seguro que encontramos muchas situaciones que en principio no son chulas, pero a las que conseguimos darle la vuelta y disfrutarlas. ¡Atrévete! Aquí van las mías: - En países calurosos, poco después de hacer la compra y ponerla en la parte de atrás del coche, debes correr para que los alimentos congelados (entiéndase pizzas, guisantes y helados) no se descongelen. Aquí en Massachusetts, con el frío que tenemos, después de la compra podría ir a dar una vuelta, recoger a los niños, irme al trabajo, pararme en un Starbucks y, al llegar a casa, la comida congelada continuaría estando congelada . Creo que esto es una p

Black Friday es locos por las compras

Y después del Thanksgiving, nos levantamos con la barriga aún llena y nos disponemos a irnos de compras para aprovechar las suculentas ofertas que nos ofrece el Black Friday (viernes negro). En Estados Unidos es muy fácil comprar. Recibes multitud de ofertas via correo electrónico, correo ordinario, via anuncios en la televisión o en pancartas situadas estratégicamente al lado de las carreteras.  Te bombardean con ofertas del 20, 30 e incluso 50% de descuento, si compras ese producto imprescindible (aunque tu no sepas ni qué es ni para qué sirve) mañana o pasado mañana. Es AHORA cuando está en oferta, aprovecha, porqué el mes próximo ya estará al precio normal. Y claro, tu no quieres ser el tonto del universo que se queda sin ese aparato extraordinario (aunque continues sin saber ni qué es ni para qué sirve) a mitad de precio, casi regalado. ¿Que lo recibes en casa y no te convence? No pasa nada, lo devuelves y la tienda te devuelve el dinero, ya sea en metálico o ingresándo

Thanksgiving es Familia

Podría parecer que Thanksgiving es una fiesta en la que todo el mundo come turkey (pavo), y muchas cosas que acompañan al pobre pavo, como patatas hervidas, crema de espinacas, revuelto de pan con legumbres y mermelada de frutos rojos. Y que se acaba con unos postres también suculentos, como tarta de nueces, tarta de frutos secos, brownies y pastel de manzana, regado con helado de distintos sabores.  Y así es. Thanksgiving es eso. Podría parecer que Thanksgiving es una conmemoración de la historia de los primeros Pilgrims que poblaron Massachusetts. Aquellos 102 Pilgrims que surcaron el Atlántico a bordo del Mayflower y que después de un viaje horrendo desembarcaron en Plymouth y no en New York tal como habían acordado con el gobierno de Londres. Aquellos pobres Pilgrims que llegaron en septiembre a Massachusetts y que pasaron el peor invierno de sus vidas debido a las duras condiciones climatológicas. Los 47 Pilgrims que quedaron fueron los primeros pobladores europeos de la zo

Giro a la derecha

No me gusta conducir. No tengo ni idea de orientación (cada año pido un poco de orientación a los Reyes Magos, pero éstos siempre se olvidan de traerme ni el más mínimo vestigio) y acostumbro a perderme muy fácilmente, incluso con el GPS al lado que, con paciencia infinita, me va diciendo "por favor, gire a la izquierda ahora... gire a la izquierda ahora... cuando pueda, realize un cambio de sentido....". Además del GPS, tengo otros amigos cuando voy conduciendo por las calles de Boston. Muchos de los otros conductores me saludan pitando la bocina y, cuando me giro para ver sus caras, éstos me miran con cara de pocos amigos y parece que me gritan, haciendo aspavientos con las manos. Si, esto de conducir no es lo mío, pero vivir en Massachusetts sin coche es tarea harto imposible. Vivir en el centro de Boston o en poblaciones cercanas como Cambridge sin coche tiene sentido. Hay transporte público y muchos establecimientos al lado de las casas. Pero si ya nos situamos

Pisando fuerte

Al regresar a Massachusetts después de nuestras vacaciones estivales, los árboles que rodean nuestro vecindario irradiaban un verde intenso. Las hojas, frondosas, aleteaban al ritmo del viento y dejaban pasar los rayos del sol que iluminaban nuestras caras y nuestros corazones. A mediados de septiembre, la madre naturaleza nos regaló un destello de calidez en forma de hojas de todos los colores , desde el verde al morado, pasando por el amarillo, el naranja y el rojo intenso. Estos días, pude contemplar asombrada los cambios en los árboles, y las tonalidades eran realmente magníficas y dignas de ver. Parecía como si la naturaleza quisiera competir, arrogante, con la exposición de cuadros más importante del mundo. Y conseguía que todos nos fijáramos en ella. Después de unos días contemplando esta obra, empezaron a caer las hojas de los árboles . Sin prisa, lentamente, como si estuvieran danzando un vals. Derecha, izquierda, arriba, abajo... El príncipe, encarnado por el viento,

Comprendiendo películas americanas

He crecido viendo películas americanas . Las mejores, supongo yo, puesto que cruzaban el charco. O debo decir las más populares. Muchas de ellas me han gustado, incluso algunas de ellas las guardo en un cajón de la memoria titulado " películas impresionantes ". He visto superproducciones, en el que no ha escaseado el dinero para producir efectos espectaculares y espeluznantes. He visto películas de bajo presupuesto y con unos diálogos extraordinarios que te llegan al corazón. Todas estas películas americanas las vi y escuché en español. Sin versión original, perfectamente dobladas . Las versiones dobladas te permiten contemplar una película escuchando los diálogos en tu lengua y entender la película de cabo a rabo. Además, los actores de doblaje acostumbran a ser personas con una gran voz. Algunas voces diría que son divinas. O sea que es super agradable escuchar unos chorros de voz que inundan tu estancia mientras te deleitas al máximo con la película. Pero l as v

Nuestro primer Halloween

Sábado por la mañana. Roncando plácidamente hasta que llega a nuestra cama un grito estremecedor: "¡Hoy es Halloween!¡Hoy es Halloween!". Pues si, ha llegado el día más esperado por nuestros peques (evidentemente, los que nos han despertado del país de los sueños antes de que suene el despertador): ¡Nuestro primer Halloween en tierras americanas! No, no ha sido ninguna sorpresa. Hace muchas semanas, los estantes de cualquier tienda que se precie un poco ya estaban repletos de color naranja , de calabazas, verdaderas o falsas, de muñecos horrendos, de telarañas, arañas peludas, esqueletos, guadañas y todo lo que os podáis imaginar para que la fiesta no decaiga. Supermercados, tiendas de craft, librerías, tiendas de ropa... todas tenían en común ese deseo nada oculto de Halloween a la vuelta de la esquina. En la escuela, los niños decoraban calabazas en forma de cabeza de personaje famoso. Dando una vuelta por la clase de mi hijo mayor, descubrí calabazas representado