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Mostrando entradas de septiembre, 2018

De la televisión a mi casa

De pequeña, en mi casa patria, las películas que podíamos ver en el cine o en la televisión eran prácticamente todas americanas. Americanas de los Estados Unidos, se entiende. Yo disfrutaba con fruición de unos argumentos que muchas veces no tenían el menor sentido, y me encantaba ver unos entornos que para mi eran totalmente desconocidos. Ahora que vivo en Boston, puedo comprobar que muchas cosas de mi cotidianidad actual forman parte de los escenarios de las grandes películas que yo adoraba de pequeña. Y también de las que veo actualmente. Sin ir más lejos, el tamaño de la nevera, el galón de leche y los cereales que ahora veo en la pantalla, son objetos que forman parte de mi día a día. Compro productos en el supermercado que ahora salen en mis películas. Paso por delante de establecimientos que tienen cabida en la gran pantalla, paseo por sitios que han servido de escenario en grandes producciones. Incluso los interruptores de mi casa son los mismos que salen en la archifamosa &

O supermercado o parque de atracciones

Hoy me he dirigido al supermercado donde hago la compra de la semana, el Market basket. Me gusta el sitio y los productos, y considero que la relación calidad/precio es buena, incluso mejor que en muchos otros sitios. Pero hoy me he dado cuenta de que estar allí es lo más similar a lo que entiendo yo por parque de atracciones.  Al intentar entrar por la puerta de entrada, he esperado pacientemente (rollo americano por supuesto, con una sonrisa en los labios), a que salieran dos hombres, cada uno con su carrito, y una mamá joven y repleta de energía, con un carrito super largo y una pieza de plástico simulando un coche en la parte trasera. Ésta pieza iba repleta con tres niños de edades entre los tres y los seis años. La mamá coraje, aparte de tirar del carrito repleto de comida acabada de comprar y de niños, también llevaba a cuestas a su último retoño, una preciosidad de unos dos años que la abrazaba fuertemente. Ha pasado por mi lado con cara alegre, hablando con los pequeños. S

Puertas y gritos

Uno de mis trabajos consiste en recoger y llevar a mis hijos a sus actividades extraescolares, que no son pocas. Ahora uno, ahora el otro, mis hijos suben y bajan del asiento trasero de mi coche cuando llegan o nos vamos de sus lugares de práctica deportiva o artística, o ambas.  Como madre, ser la taxista de mis hijos durante toda la tarde es una de mis actividades preferidas. Es broma. Evidentemente. Habida cuenta que odio conducir, si le sumo la conducción en hora punta, donde me quedo encallada en todos los semáforos; le añado el hecho de que uno mis hijos tiene alguna actividad justo después de cole, en sitios extraordinariamente lejos del colegio, con lo cual es prácticamente imposible llegar a tiempo si no se alinean los astros; y termino en que, a la misma hora, uno debe empezar una actividad en la otra punta del pueblo dónde el otro está acabando la suya, con lo cual debo decidir si el que está a punto de terminar, finalice antes de tiempo, o el que debe empezar llegue tard

Ida y vuelta

Preparar las maletas volar cruzando el océano estamos en casa, de vacaciones. Amigos, risas y comida playa, sol y siesta família, abrazos y te quieros juegos, paseos y nostalgia. Calamares a la andaluza patatas bravas  mejillones al vapor rape a la plancha. Cerveza bien fría vino blanco de l'Empordà vino tinto de Ribera del Duero un poco de agua por favor. Vistas prodigiosas delante del mar Asombrosas puestas de sol pensamientos para los que no están y susurros con confidencias. Niños que crecen rápido mayores que encogemos más cuerpos esculturales en la playa y yo que prefiero no mirarme. Suspiro contemplando el mar preparar maletas volar cruzando el océano de vuelta a casa.