Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2019

No entiendo a las peluqueras

No las entiendo, no las entiendo y no las entiendo. Nada, que no hay manera. Ni em mi tierra las entendía, cuando me contaban lo que precisaba mi pelo. Siempre terminaba con un peinado que yo no sabía que yo quisiera, pero que me decían que me era muy favorecedor. Y aquí pasa lo mismo, aunque en mejores condiciones, puesto que puedo decir que mi conocimiento del inglés, o del coreano en mi última experiencia, es más limitado que mi idioma materno. En mi última experiencia capilar, quise entrar walk-in (es decir, sin cita previa) en la peluquería que tenía cerca de casa. La peluquera es una coreana casada con un americano hace más de cuarenta años, que regenta dicha peluquería desde hace veinte.  Le conté mi plan perfecto para mi pelo: - Cortarme las puntas. Fácil. Rápido. Sencillo. - Cortarme. Las. Puntas. Satisfecha con mi demanda, en la que además utilicé la mímica para cerciorarme de que todo el mundo pudiera entenderla, no calibré lo que vendría a continuación.

El día de la foto

Como todos los padres, madres o tutores americanos, recibo diariamente una cantidad exagerada (perdón, necesaria) de correos electrónicos de profesores donde me cuentan las próximas excursiones, del director de la escuela, quién me hace un resumen de las próximas fiestas planificadas, de las madres y padres que forman parte de la organización de la organización de padres y profesores que desean que pague la cuota de miembro a dicha comunidad, y de madres y padres que me piden por favor que compre cualquier tontería para sufragar los gastos de nuestros pequeños en la escuela.  ¡Arghhhhhh!¡Demasiado para mi mente! No puedo leer todos los correos electrónicos, con lo cual, los leo en diagonal (que, para mi, leer en diagonal es leer la primera línea y poco más).  O sea que, para mi humillación pública, me pierdo temas importantes que afectan a mis churumbeles.  Por exceso de información, sirva la paradoja. Este año, siguiendo la tónica del pasado, y el anterior, y el otro, y el de

Mis personal shoppers

Pongámonos en contexto. Tengo dos hijos. Machos, varones, o como quieran llamarlos en las diferentes culturas a las que tengo por costumbre arrimar el hombro. Mis dos hijos, que justo están empezando la preadolescencia, para deleite y aturdimiento de su queridísima madre, van vestidos cada día, oséase, 365 días al año, incluida Navidad con camisetas deportivas, pantalones de chandal y zapatillas de deporte. Con suerte, se peinan, se ponen el desodorante que roban de su padre a escondidas, y se lavan los dientes después que su amantísima madre se lo haya recordado más de cuatro veces. Los fines de semana, tanto su padre como su madre han desistido de pedirles-aconsejarles-rogarles-amenazarles que usen tejanos, prenda de ropa que mis hijos consideran para ser llevada en ocasiones especiales, en grandes celebraciones o eventos singulares. ya estamos en situación. El otro día, mi amantísimo esposo y yo teníamos una cena fuera de casa. Como esto sólo sucede una vez cada mucho tiempo, d

Los colores de Massachusetts

Otoño en Massachusetts. Los colores de los árboles se convierten en una paleta de cálidos que van desde el naranja al granate, pasando por el rojo intenso. Es maravilloso contemplar la naturaleza en su esplendor maduro, cuando ya ha superado una juventud que le ha resultado corta. Es bonito contemplar como las hojas, mecidas por el viento, te saludan dóciles mientras tu paseas por el Minute Man trail, con la boca abierta al contemplar la belleza de la madurez. Invierno en Massachusetts. Blanco. Blanco sobre blanco. Contemplo aturdida por su delirante belleza los copos de nieve que caen, mansamente, por toda la geografía, creando un manto blanco encima de las casas, los árboles, las calles. Me deleito contemplando la vejez de un paisaje que se deja seducir por un agua que surge blanca del cielo y cubre todo el campo de visión. Primavera en Massachusetts. El nacimiento de las flores vuelve a cubrir de nuevo unos árboles que se visten de multitud de colores, mientras las abejas