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Mostrando entradas de abril, 2015

Pajama Day

Pajama Day, o lo que es lo mismo, el Día del Pijama. Si, si, yo convencidísima que Pijama en inglés también se escribe con "i", pues resulta que no, que en americano es con "a". Una vez dicho esto de paso, voy a escribir lo que yo sé del Pajama day. Nací a principios de los setenta (válgame Dios, de eso hace ya muchos muchos años), con lo cual creo recordar que mi primera incursión en el mundo americano fue a través de "Grease". Si, la peli de cuento de hadas, de Romeo y Julieta pero con happy end, que John Travolta como el chulo piscinas y Olivia Newton-John como la niña bien recrearon con un éxito fulminante. Así pues, la primera visión que tuve de los Pajama days fue contemplando embobada a través de la pantalla de televisión a un atajo de jovencitas dispuestas a probar de todo en su época rebelde (y pensar que años después, la más rebelde de todas, Stockard Channing, encarnaría a la Primera Dama de los Estados Unidos en "El Ala Oeste"

Los abrazos de la abuela

¡Que vienen los abuelos, que vienen los abuelos! Todo preparado para el recibimiento de unos abuelos que no habíamos visto cara a cara desde hacía meses. En el aeropuerto, mis lágrimas pasan desapercibidas por las risas de los niños que inundan la puerta de salida de los destinos internacionales de Boston. Los abuelos, con cara de cansados y una sonrisa en los labios, extienden sus manos, se agachan un poquito y esperan el huracán de mis dos peques, quienes corren para acabar en sus brazos. Los cuatro se funden en un abrazo largo y esperado, los cuatro demuestran esa alegría inmensa del reencuentro. Mi madre, la abuela yeye, acaricia el pelo a mis hijos, sus nietos queridos, esos que viven al otro lado del océano y que hablan una lengua diferente a la de casa de toda la vida. Esos que visten de forma extraña a la que ella está acostumbrada y que comen cosas radicalmente alejadas de sus platos caseros. Ya están juntos. Ni Skype, ni Whatsapp de por medio, no hay barrera física que l

Recordando la primera batalla

Aquí en América, los niños (y los mayores también) hablan de buenos (good guys) y malos (bad guys). Los buenos son buenos, y los malos son malos. Yo, que estoy acostumbrada a las tonalidades en gris, me cuesta acostumbrarme a éstas aseveraciones tan categóricas. Hace poco poquísimo, estuvimos en Lexington para observar la representación de la primera batalla por la Independencia protagonizada por los colonos (aún no llamados americanos) contra los británicos. Todo el público tenía claro quién eran los buenos y los malos. Los colonos, cansados de pagar las tasas abusivas que se les exigía desde el otro lado del océano, eran los buenos. Los británicos, todos bien ataviados con su chaqueta roja y unas bandas blancas, eran los malos. La representación transcurrió en el mismo escenario en que tuvo lugar la batalla real. Todos los personajes iban bien caracterizados y los espectadores los seguíamos con nuestros teléfonos móbiles y nuestras cámaras que intentaban captar unos momentos h

Las abuelas y las redes sociales: Skype

No, no soy la primera ni la última hija en descubrir que su madre, la abuela de mis hijos, es una adicta a las redes sociales.  Somos expatriados. Nuestra familia vive a miles de kilómetros de nosotros (o nosotros vivimos a miles de kilómetros de nuestra casa). La mera existencia de las redes sociales nos permite mantener un contacto que antaño estaba totalmente perdido . Palabras como Skype, Whatsapp, Facebook, Twitter, blog... no formaban parte ni del imaginario popular hace menos de diez años. Ahora se han convertido en la razón de la existencia para las abuelas y los abuelos que tienen a sus nietos lejos de sus hogares.  Mi madre, la abuela perfecta, la adorada de mis hijos, la que cocina la mejor sopa del mundo, empezó su marcha a través de las Redes Sociales con Skype . En nuestras primeras conexiones, era divertido (y demasiado estresante), observar a mi madre a través de la pantalla del ordenador, mientras la pobre mujer se peleaba con los iconos para que ella también nos

El Ratoncito Pérez en América

Parece que el dicho "la primavera la sangre altera" se cumple en nuestra familia. Después de un invierno blanco, frío y largo, las primeras flores empiezan a sacar su cabecita de colores entre la hierba, los pájaros cantan, las ardillas trepan por los árboles... y los dientes de leche de mis dos churumbeles empiezan a moverse. Anteayer, mi hijo mayor empezó a notar que se le movía un diente. Y tanto y tanto lo notó (vamos, que se lo tocaba con los dedos y con la lengua constantemente, sin cesar), que ayer le cayó. Justamente en clase de arte. Yo creo que muy concentrado en la pintura no estaba precisamente. Cuando fui a buscarlos al cole, el mayor me sonrió con su boquita abierta, orgulloso de mostrarme que su dentadura contaba con un diente de leche menos. Consigo traía un paquetito de papel y en inglés, claro está, su profesora había escrito: "diente dentro". Mi hijo cogía ese papelito como si de un tesoro se tratara.  Al llegar a casa, empecé como siempre

Premios de y para blogs

He recibido un par de premios y estoy entusiasmada con ello! El primero fue el Premio Dardos y hace poco recibí el Liebster Award . Son premios que otorgan bloggers a otros blogs. De siempre que vengo escuchando a periodistas y actores que los mejores premios son los otorgados por los compañeros de profesión. Precisamente la semana pasada escuché esta frase de Rosa María Sardá, quién recibió un premio por su trayectoria. Pues bien, siguiendo esta norma, estos son de los mejores premios para mi, ¿verdad? Gracias, compañeros y compañeras de escritura y lectura, gracias por vuestro tiempo y vuestras ganas, gracias por leerme y nominarme! Me considero afortunada por poder escribir sobre mis experiencias y doblemente afortunada por haber encontrado a quien las lea. Un beso y aquí van los "deberes" de ambos premios: PREMIO DARDOS ¿Qué es un premio Dardos? Se trata de un premio de reconocimiento a bloggers, por el esfuerzo y el cariño que dedican a mantener su blog.

Adiós, merceditas, adiós

Me encantan las merceditas. Vamos, las bailarinas. Esos zapatitos tan femeninos, con punta redonda, totalmente planos y que parecen fabricados para pies frágiles y delicados, pies que no quieren tocar el suelo con su delicada piel, pies que flotan dentro de un envoltorio exclusivamente femenino y que hacen que parezcas más joven (dentro de tu cabeza, claro está). No hay que decir que los tacones me vuelven loca. Mi abuela y mi madre han gastado lustros de su vida para convercerme que los zapatos con tacón te hacen más delgada, que estilizan tu figura, vamos. Con casi cuarenta añitos me convencieron, pobrecitas, exhaustas estaban ya después de tanto tiempo dándome la tabarra. Y ahora, con cuarenta años y pico, después de descubrir una de las verdades universales (preguntádselo a Sofia Vergara y os contestará que, evidentemente, los tacones estilizan la figura), va y nos mudamos a Massachusetts. He aparcado mis merceditas y mis zapatos de tacón en un hueco del armario. ¿Por quéeee

La Biblioteca y mis razones

Biblioteca. Por definición, sitio repleto de libros. Escoges algunos que te gusten, te los dejan, los lees (o no) y debes devolverlos. Aquí en Massachusetts hay muchas bibliotecas y todas están muy bien. Acostumbran a ocupar un edificio amplio y antiguo. Las paredes interiores de este edificio, pues, tienden a estar llenísimas de estantes con libros de todas las medidas y colores. Además, estanterías también ocupadas por libros se encuentran en el centro, izquierda y derecha de susodicho espacio. La Newton Free library se ha convertido en un lugar que visitamos los niños y yo semanalmente. ¿Por qué? por variadas razones: Razón poderosa : tienen libros para todos los gustos y todas las edades. Si no tienen el libro que deseas, te lo piden y te avisan via email cuando puedes pasar a recogerlo. Razón golosa : tienen DVD's de películas para todos los gustos y todas las edades. Si no tienen el deseado, también puede hacerse lo indicado en la razón poderosa. Razón climát

Passover

El cole de los niños es nuestra fuente de socialización principal. Gracias a las fiestas de cumpleaños y a las Playdates (una hora de juegos en casa de un u otro compañero de clase), hemos conocido a papás y mamás a cada cual más interesante y divertido.  En una de las mencionadas fiestas de aniversario, conocimos a una pareja con la cual estamos congeniando y que son super simpáticos. Y el otro día, sin más, recibí un mensaje telefónico de ella en el que nos invitaba a celebrar el Passover en su casa. ¿Y qué es el Passover? pues es la celebración judía que conmemora la liberación de los judíos de Egipto. Enseguida aceptamos la invitación, puesto que siempre nos gusta conocer nuevas tradiciones, y si es con gente que además nos cae muy bien, pues perfecto.  Así que llamamos a la puerta de su casa a las tres y media de la tarde para cenar. Si, si, para cenar, no para el almuerzo. Aquí, esto de cenar se hace temprano, hacia las cinco o las seis de la tarde, con lo cual luego te