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Concepto frío-calor

Yo tengo frío casi siempre. Soy de las que siempre tienen las manos congeladas y los pies helados. Necesito a mi marido por infinidad de cosas (lo necesito porque lo quiero), pero cuando puedo calentarme mis pies en sus piernas, metidos los dos en la cama, ¡lo adoro!
Como madre que soy, al yo tener frío, abrigo a mis hijos de forma exagerada. ¿Que mamá tiene frío? Tranquilos, mis hijos sudarán la gota gorda por mi miedo a que se resfríen, puesto que les habré vestido con montones y montones de capas difíciles de sacar.
En Massachusetts paso frío. Y debo decir que el tiempo me da toda la razón, puesto que temperaturas de -20ºC no son raras en estos lugares. Y me abrigo. Y abrigo a mis hijos. Y acostumbro a salir a caminar con capas y capas de ropa.
Mis hijos, en cambio, han tenido una adaptación al medio mucho más... ¿Natural?
Durante los primeros días de vivir aquí yo quedaba horrorizada al ver a niños en pantalones cortos con temperaturas muy muy bajas (mientras los míos parecían muñecos Michelin que casi no podían caminar con toda la ropa que les había obligado a ponerse). Observaba pasmada a una mujer con chancletas caminar por una calle cubierta de nieve (mientras yo caminaba embutida en unas botas forradas de piel con calcetines gruesos debajo).
No daba crédito a estos devaneos con el clima, mi mandíbula se quedaba abierta mientras los admiraba sin saberlo. Pero al ser personas que no conocía, las tachaba de inconscientes dentro de mi cerebro y continuaba con mi camino, sabiéndome condescendiente. Pero las cosas han cambiado. Y mucho. Ahora, los niños que quieren ir en pantalón corto al cole mientras yo me abrigo con chaqueta gruesa son... los míos!!!!! ¡Pero madre del amor hermoso! En pocos meses de estar aquí, mis hijos hablan un inglés americano que ya quisieran para sus hijos la mayoría de madres no británicas; cuando se les pregunta quién es su jugador de fútbol preferido, mis churumbeles contestan que Tom Brady, el ídolo de los Patriots, el equipo de fútbol americano de Boston (aquí el fútbol americano se llama fútbol por motivos evidentes, y el fútbol se llama soccer); y quieren vestirse con ropa de verano cuando las temperaturas rayan los cero grados centígrados!!!!! ¡Eso es adaptación al medio y lo otro son tonterías!
Y yo, su madre, me debato entre abrigarlos para satisfacer mis propias ganas de que no se me resfríen, o de que vayan como les plazca (que tiene su puntazo, puesto que si se me resfrían yo podré decirles: "¡ya te lo dije!"). Como siempre, he optado por una opción intermedia: dejo que vayan con pantalones cortos, pero con armilla acolchada. Si, si, esas chaquetas de forro polar sin mangas que no sé si evitan el frío o todo lo contrario. Y así caminamos por la calle: yo, con mi chaqueta de plumón (y sin gorro pero no me faltan ganas); mis hijos, con su medio-chaqueta y sus pantaloncitos cortos. A veces los miro de reojo para ver si tiemblan y no, no tiemblan los muy animales! 
Aquí hay bastante miedo a la Lyme disease (enfermedad provocada por las bacterias de una garrapata). Durante uno de nuestras idas a la escuela, les comenté que debían ser precavidos y que cuanto más protegidos estuvieran por la ropa, menos probabilidades tendrían de que les picara la susodicha garrapata (para mis adentros pensé: Soy genial, mato dos pájaros de un tiro, se protegen de las garrapatas y van abrigados). Pues lo único que conseguí fué que al entrar al cole los dos se rascaran por todas partes, puesto que les había salido un picor de no sé donde. Y al día siguiente ya no se acordaban de la garrapata e iban con pantalones cortos. Otra vez.
Quizás el frío es un concepto mental. Tengo un amigo que combatía el frío bebiendo un refresco con mucho hielo, mientras los otros pedíamos un batido calentito calentito. Habrá que preguntárselo a los esquimales.

Comentarios

  1. Como todo en esta vida, el frío es muy subjetivo. Yo soy calurosa pero en Boston pasé frío (no tanto como mi marido), y eso que no estábamos a -20º C. Imagino que vivir en un sitio te hace más tolerante (o insensible) a la temperatura a la que estás acostumbrado. Si no, que se lo pregunten a esos rusos que a 30º C van asfixiados o a los nórdicos que van con una chaqueta fina con 5º C. Eso sí, yo a los 40º C nunca termino de acostumbrarme :-(

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    1. Y los peques se adaptan a lo que sea!!!! Mis padres vinieron la semana pasada a visitarnos y quedaron helados. Si, si, adaptación al medio total.

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  2. Qué bueno lo de los muñecos michelín. Me los imagino en la nieve... jeje. Yo soy muy caluroso, pero con -20º debe ser otra cosa. En fin... o te adaptas o te adaptas.

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    1. Y ellos se pasan el día sudando y yo temblando;) Si, soy una mamá exagerada, pero en fin, qué se le va a hacer;)

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  3. No has pasado ningún verano aquí aún, verdad?? Yo estoy temblando pero de miedo por si tengo que vivir otro verano como el de hace dos años.... el verano pasado no fue tan malo, pero el anterior fue como este invierno pero con olas de calor de las que no se puede ni vivir.

    A mí también me sorprenden estos bostonianos con chanclas en medio de la nieve!! Me gusta el frío pero yo soy de las que van de muñeco Michelin y tan agustito.

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  4. Tienes razón. El agosto pasado mi marido y yo estuvimos una semana en Boston buscando cole y casa y el calor era impresionante, ya ni me acordaba;) en casa ya estamos a 77º y no tenemos aire acondicionado, la que nos espera!
    Si veo una muñeca Michelin el invierno que viene por la calle la saludaré para comprobar si eres tu. Yo también iré vestida de muñeca Michelín, así me reconocerás;)

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    1. Eso que en agosto ya empieza a pasarse lo peor, al menos por las noches y la verdad que el verano pasado fue fresquito... nosotros sí tenemos aire acondicionado pero como vivimos en un ático nos cocemos igual con el aire puesto, con decirte que apenas ponemos la calefacción en invierno, te puedes imaginar las temperaturas que alcanzamos...

      jajajaja el invierno que viene estaré atenta, sobre todo si veo a una muñeca Michelín con dos niños casi en chanclas.

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