Ser mamá implica muchas cosas. Quiere decir que eres una persona multitarea, capaz de dar cincuenta órdenes en dos segundos sin que nadie te haga caso; capaz de abrazar a tus churumbeles con pasión desenfrenada; cocinar sin tener ganas ni tiempo; organizar la semana; arroparlos cuando están dormidos;... y multitud de cosas de las que me olvido, o no. Pero además de todo esto, ser mamá significa, en mi caso particular, tener la capacidad para contar historias. Pequeños o grandes cuentos que florecen en mi imaginación a través de detalles que observo a mi alrededor, o de ideas con las que llegan mis hijos cargados del cole, o frases sueltas que intercambio con vecinos o compañeros de trabajo. Ser mamá en mi caso ha desbocado mi imaginación. He escrito muchos cuentos, y, si bien mis primeros vieron la luz a través de un proyecto web multilingüe, ahora he querido que un cuento sobre el poder de la imaginación vea la luz en formato físico, en un cuento para leer con los niños, y para que después, en las páginas del final, puedan colorearlo.
Aquí os lo presento:
en inglés:
y en español:
¡Deseo que os guste! Y, por encima de todo, que la imaginación os permita creer en lo imposible para que, al final, sea posible.
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