Diciembre y primer snow day, es decir, primer día de nieve.
A las cinco de la mañana, ya he recibido un correo electrónico, una llamada telefónica y un mensaje de voz de la secretaria del distrito escolar, indicándome que las escuelas públicas permanecerán cerradas debido a la tormenta de nieve que asola nuestro territorio.
Lo que ya nos temíamos.
Las noticias y las previsiones meteorológicas instruyen adecuadamente a los habitantes de Massachusetts, con lo cual la nevera contiene los alimentos necesarios para pasar la susodicha tormenta. Ya estamos acostumbrados.
Mientras los más precavidos y todos los estudiantes nos mantenemos calentitos en nuestro hogar, sólo algunos osados y todas las quitanieves están en las calles, sacando la nieve que se ha posado en el suelo.
Con una taza de te humeante en la mano, me dirijo hacia la ventana, para contemplar cómo el paisaje va cambiando, poco a poco. Los copos de nieve van cayendo lentamente, como si la fuerza de la gravedad no fuese con ellos, y, con elegancia natural, se posan en las hojas, las ramas, los tejados, las barandillas, los escalones, los coches, las calles y los jardines.
Mientras sorbo lentamente mi te de primera mañana, observo maravillada otro de los milagros de la naturaleza. Todo mi paisaje se vuelve blanco, blanco inmaculado, blanco nuclear, blanco brillante, precioso, bonito, espectacular. Las casas de mis vecinos parecen cambiadas, los tejados se transforman y parecen las casas de los pequeños duendecillos que preparan los regalos ayudando a Santa Claus.
Escucho unos pasos descalzos detrás de mi.
- Mamá, ¿Por qué no me has despertado?
Me pregunta mi mayor, bostezando soñoliento.
- Hoy no tenéis clase.
Le respondo.
- ¡Lo sabía!
Escucho, de boca de un adolescente que sabe más que yo sobre todo, TODO. Contento, se prepara su bocadillo de Nutella, mientras escucho los pasos de mi otro hijo.
- Snow day!
Le grita mi mayor.
- ¡Siiiiiiiiiii!
Grita contento el pequeño.
Y yo, absorta aún por los minúsculos copos que osan cambiar un paisaje en su totalidad, sonrío, mientras pienso que hoy será un día largo.
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