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European cuisine y Mediterranean salad

Siempre me ha fascinado comprobar que los americanos creen a pies juntillas que la ensalada que se prepara en toda la orilla del mar Mediterráneo es la misma. Como si los turcos, griegos, italianos, franceses, marroquíes, egipcios y muchos más países que me olvido, se hubiesen puesto de acuerdo para poner los mismos ingredientes en una ensalada única, la ensalada Mediterránea. 
En la gran mayoría de menús de restaurantes americanos, ya sean de comida rápida saludable, o de más alta alcurnia, existe una ensalada consistente en queso feta, lechuga, aceitunas y poca cosa más, que en tierras de Massachusetts osan llamar ensalada Mediterránea. Así en plan general.
Pero el otro día, su atrevimiento fue a más. Mientras conducía por la calle, cedía el paso amablemente, o me lo cedían a mi, escuché que un restaurante nada económico ofrecía exquisitos platos de la "Cocina europea" (European cuisine). Así. Con dos. 
Como me costó salir de mi asombro, no recordé el nombre del restaurante de Boston que ofrecía tal singularidad, pero no creo equivocarme si lo que servían en dicho local fuese un plato de pasta con tomate, más o menos elaborado. 
European cuisine. Vaya por Dios.
¿Cómo integran la paella valenciana, el filete con salsa al café de París, los penne a la puttanesca, el hummus i el babaganoush, el tagine y las baklavas, la moussaka y los calamares a la romana?¿Cómo hacen para unir gustos de diferentes partes del mundo, que en nada se parecen ni en tipo de carne, ni en maceramiento con especias, ni en tiempo de cocción, ni en forma de servir, para llegar a la conclusión de que existe una única y fantástica European cuisine?
La European cuisine no existe, a menos que no se sepa que no existe. Para los que piensan que esta cocina de alcurnia existe, que este hecho culinario une a un continente con una historia muy diferente para cada una de las regiones que la conforman, debo decirles que siento decepcionarlos, pero que no es así. 
Quizás, sólo quizás, algún americano podría hablar con Ferran Adrià, para que el artista excepcional consiguiera juntar los diferentes gustos de las culturas milenarias, y crear un plato que, al tomar un bocado, pudiera fundir en la boca el gusto de tantas y tantas especialidades.
¡Mucha suerte!


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