Ir al contenido principal

No es para tanto

De vacaciones en la casa patria, me mimo y me dejo mimar. Uno de mis grandes placeres es ir a la peluquería de toda la vida, donde la mejor peluquera del mundo, Mireia, me pone la keratina para que mi pelo loco se quede como mínimo algunas semanas en posición vertical. Y allí, en la gloria capilar, me preguntan si quiero que me hagan las uñas. Por supuesto, mimo total. Aparece una chiquilla de no más de veinte años, que acaba de llegar a su turno y se sienta delante de mi. 
¡Qué frio, madre del amor hermoso! Me comenta.
No es para tanto, le contesto yo. A eso que ella me mira con cara desconfiada y pensando si estoy loca o soy una maleducada, con lo cual le contesto que estos diez grados celsius de temperatura que ella cree que son tan fríos no son nada comparado con los diez grados fahrenheit que sufrimos los habitantes de Massachusetts. 
Y le cuento que en Massachusetts hace tanto frío que durante las tormentas de nieve típicas en invierno, el gobernador sale por televisión para informarnos de que no podemos salir de casa durante el temporal. Mientras los ojos de la pobre muchacha se van agrandando, continuo contándole que la nieve llega casi a la altura de mi cabeza, pero que las máquinas quitanieves realizan un trabajo extraordinario para que podamos circular al cabo de unas horas de la tormenta anunciada. 
Continúo diciendo que las condiciones de frío son tan extremas, que todas las escuelas envían información a los padres para que vistan a los pequeñuelos con varias capas de ropa, que sea resistente al viento y al agua la capa más exterior. Y que evitemos que el pequeño tenga algún contacto con el aire, tapando todas y cada una de las partes del cuerpo.
Llegados a este punto, con la muchacha a punto de desmayarse, le sonrío y le cuento que los niños de Massachusetts prefieren el invierno que el verano, puesto que pueden jugar a la nieve con los trineos y subiendo y bajando montañas nevadas sin descanso.
La pobre chica, que ha dejado la manicura de mis manos para adivinar si estoy loca de verdad, me cuenta que su novio, con el que vive, suda en el sofá porque ella pone la calefacción demasiado alta.
En ese instante, sé que esta chiquilla nunca irá de vacaciones a Massachusetts, aunque yo he intentado por todos los medios posibles, contarle las lindezas de un territorio blanco, frío, pero para nada hostil.



Comentarios

Entradas populares de este blog

De como el ratoncito conoció al elfo

"¡Mira, mamá!" me dice mi pequeño orgulloso, mostrándome una pequeña caja de plástico azul en forma de baúl. "¡El diente que se me movía se me ha caído durante la comida en el cole!". Pues veremos lo que te trae esta noche el Ratoncito Pérez. En casa, aunque en Massachusetts, intentamos mantener las tradiciones con las que hemos crecido mi marido y yo. En el caso de los dientes, a nuestros pequeños no los visita el hada de los dientes americana, la famosa Fairy Tooth . En nuestra casa aparece el Ratoncito Pérez, para traer algún pequeño regalito como intercambio del diente que descansa quietecito debajo de la almohada. Pero hoy mi pequeño me pide que yo misma hable con el Ratoncito Pérez y le pida un regalo inusual. "Mamá, yo quiero que el Ratoncito Pérez me traiga de regalo al Elf on the shelf ". ¿Cómo?¿Y ese quién es? Reconozco que lo he visto multitud de veces en multitud de tiendas por las que paseo para encontrar regalos innecesarios para gen

Positivizando

He decidido publicar un listado de cosas que me gustan de Massachusetts.  Me encantaría saber si alguien comparte alguno de los puntos que ahora mismito menciono, dondequiera que sea el trocito de mundo donde vive. Y se me ha ocurrido lanzar la campaña "POSITIVÍZATE", para que todos contemos aspectos negativos de donde vivimos, pero en plan positivo. Seguro que encontramos muchas situaciones que en principio no son chulas, pero a las que conseguimos darle la vuelta y disfrutarlas. ¡Atrévete! Aquí van las mías: - En países calurosos, poco después de hacer la compra y ponerla en la parte de atrás del coche, debes correr para que los alimentos congelados (entiéndase pizzas, guisantes y helados) no se descongelen. Aquí en Massachusetts, con el frío que tenemos, después de la compra podría ir a dar una vuelta, recoger a los niños, irme al trabajo, pararme en un Starbucks y, al llegar a casa, la comida congelada continuaría estando congelada . Creo que esto es una p

Concepto playa en primavera

Debo reconocer que las playas que conocía hasta la fecha y las playas de Massachusetts son radicalmente diferentes. En todo. Bueno, vamos a comprobarlo: Vamos a por las similitudes: la única similitud que he podido encontrar es en lo básico, es decir que en ambos sitios hay agua salada (supongo) y arena. Nada más. Vamos a por las diferencias: Concepto playa en primavera anterior a Massachusetts: Llegas a la playa, te descalzas y caminas por la playa, tranquilamente, hasta que llega el momento de gritar como una posesa para impedir que tus niños se metan derechitos al agua, que en primavera aún está fría. El sol te pica la cara y unas gafas de sol nunca vienen mal. Después del paseo, encuentras un chiringuito con vistas a la playa y te sientas junto a tu media naranja y padre de tus hijos, mientras disfrutáis de una cervecita muy fría, unas aceitunas y una patatitas. Escuchas el ruido de las olas al chocar contra la playa, sientes a tu marido cerca y observas como est