Ir al contenido principal

Regalos de expatriación: Lia

Ser expatriado significa abrirte a nuevas amistades, puesto que todo lo que tenías en tu país está... en tu país, con lo cual, si no intentas simpatizar con alguien nuevo, tu vida social es nula. Uno de mis mejores recuerdos de Polonia son los vínculos de amistad que creamos con gente de todas las nacionalidades. En Polonia conocí a famílias japonesas, índias, turcas, chinas, británicas, americanas, rumanas... gente que llegaba a Polonia cargada con la família, un baúl de recuerdos y muchas ganas de trabajar. Una torre de Babel unida a través del inglés, que servía de vehículo de canalización de nuestras conversaciones más que informales. Aunque reconozco que además del inglés, nos ayudaron la mímica y las onomatopeyas en múltiples ocasiones, puesto que la mayoría de nosotros no utilizábamos el inglés como primera lengua y habíamos decidido que el polaco no era una lengua simple como para entablar una conversación sin un estudio previo más que importante.
Una de las personas que más me impactaron de mi etapa polaca fue Lia. Lia era una mujer más joven que yo, rumana, que había aterrizado en Polonia junto a su família unos tres años antes. Lia hablaba un polaco más que aceptable, era risueña, deportiva, y un pozo de sabiduría en la cocina y en cualquier tipo de deporte que se terciara en su camino. Lia es voluntariosa, la primera en organizar actividades para los niños, la primera en no desesperarse cuando estos no se portan bien y una gran anfitriona de fiestas con manjares rumanos y actividades variopintas. 
Juntas compartimos un te con confidencias y unas copas de vino con risas. Juntas reímos, lloramos, escuchamos y contamos. Lia fue una de las personas que consiguió que mi corta estancia en tierras polacas pudiese calificarse de éxito. Las dos nos fuimos de ese país del este en las mismas fechas. Aún recuerdo la última vez que le di un abrazo de despedida, pensando que sería seguramente la última vez que nos veríamos. Después del abrazo, ella entró en su coche y yo me quedé parada en la acera observando como se alejaba. Quise guardar este momento en mi memoria. Un momento de despedida de una de las personas más buenas que he conocido. Con la certeza de que no volveríamos a vernos.
Este semana, después de casi tres años sin vernos y con escasos contactos a través de las nuevas tecnologías, Lia y yo hemos podido hablar mediante un Whatsapp de video. Ella desde su casa en Sudáfrica, yo desde mi casa en Massachusetts. Como si el tiempo no hubiera pasado. Como si estuviéramos a menos de un quilómetro de distancia y sin diferencia horaria. Nos hemos contado nuestras vidas, los logros de nuestros peques, nuestra inseguridad geográfica... hemos reído, recordado y disfrutado. Eso es amistad de la buena. Esa es Lia. Gracias.


Comentarios

  1. esos regalos de expatriación son los mejores. Que bonita historia, qué ilusión volver a verse! Ojalá os volváis a encontrar en alguna parte del mundo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De momento desde hace poco hemos establecido conexión via Whatsapp, veremos cuando podemos encontrarnos en persona. Besote!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

De como el ratoncito conoció al elfo

"¡Mira, mamá!" me dice mi pequeño orgulloso, mostrándome una pequeña caja de plástico azul en forma de baúl. "¡El diente que se me movía se me ha caído durante la comida en el cole!". Pues veremos lo que te trae esta noche el Ratoncito Pérez. En casa, aunque en Massachusetts, intentamos mantener las tradiciones con las que hemos crecido mi marido y yo. En el caso de los dientes, a nuestros pequeños no los visita el hada de los dientes americana, la famosa Fairy Tooth . En nuestra casa aparece el Ratoncito Pérez, para traer algún pequeño regalito como intercambio del diente que descansa quietecito debajo de la almohada. Pero hoy mi pequeño me pide que yo misma hable con el Ratoncito Pérez y le pida un regalo inusual. "Mamá, yo quiero que el Ratoncito Pérez me traiga de regalo al Elf on the shelf ". ¿Cómo?¿Y ese quién es? Reconozco que lo he visto multitud de veces en multitud de tiendas por las que paseo para encontrar regalos innecesarios para gen

Positivizando

He decidido publicar un listado de cosas que me gustan de Massachusetts.  Me encantaría saber si alguien comparte alguno de los puntos que ahora mismito menciono, dondequiera que sea el trocito de mundo donde vive. Y se me ha ocurrido lanzar la campaña "POSITIVÍZATE", para que todos contemos aspectos negativos de donde vivimos, pero en plan positivo. Seguro que encontramos muchas situaciones que en principio no son chulas, pero a las que conseguimos darle la vuelta y disfrutarlas. ¡Atrévete! Aquí van las mías: - En países calurosos, poco después de hacer la compra y ponerla en la parte de atrás del coche, debes correr para que los alimentos congelados (entiéndase pizzas, guisantes y helados) no se descongelen. Aquí en Massachusetts, con el frío que tenemos, después de la compra podría ir a dar una vuelta, recoger a los niños, irme al trabajo, pararme en un Starbucks y, al llegar a casa, la comida congelada continuaría estando congelada . Creo que esto es una p

Concepto playa en primavera

Debo reconocer que las playas que conocía hasta la fecha y las playas de Massachusetts son radicalmente diferentes. En todo. Bueno, vamos a comprobarlo: Vamos a por las similitudes: la única similitud que he podido encontrar es en lo básico, es decir que en ambos sitios hay agua salada (supongo) y arena. Nada más. Vamos a por las diferencias: Concepto playa en primavera anterior a Massachusetts: Llegas a la playa, te descalzas y caminas por la playa, tranquilamente, hasta que llega el momento de gritar como una posesa para impedir que tus niños se metan derechitos al agua, que en primavera aún está fría. El sol te pica la cara y unas gafas de sol nunca vienen mal. Después del paseo, encuentras un chiringuito con vistas a la playa y te sientas junto a tu media naranja y padre de tus hijos, mientras disfrutáis de una cervecita muy fría, unas aceitunas y una patatitas. Escuchas el ruido de las olas al chocar contra la playa, sientes a tu marido cerca y observas como est