Socorristas:
Aquellos postadolescentes que, vestidos con bañador rojo, pasean por el borde de la piscina vigilando que nadie se lastime.
Dicho lo cual, vamos al siguiente paso, los
Socorristas de las piscinas de Massachusetts:
Aquellos postadolescentes que, vestidos con bañador rojo, pasean por el borde la de piscina vigilando que nadie se lastime, con las siguientes características particulares:
- las piscinas abren al público en general a la una del mediodía. Si, si, a la una del mediodía, cuando el calor es intenso y los niños metidos en casa ya no se pueden controlar.
- al llegar, los niños escriben su nombre, el número de teléfono de la madre o del padre y su hora de llegada en un papel (papel azul para niños, papel rosa para niñas).
- al entrar al área de la piscina, vemos una piscina rodeada de cemento, sin césped alrededor, ni bar, ni sombrillas, y una gernación de los susodichos postadolescentes pululando alrededor.
- hay 4 socorristas, uno para cada lado de una piscina no muy grande, sentados en aquellas sillas altas con las que controlan su entorno acuático más próximo.
- hay más socorristas de refuerzo, sentados en el interior de la caseta de entrada, por si las moscas.
- los sentados van cambiando periódicamente su puesto de trabajo, para que el aburrimiento no haga mella en ellos.
- más o menos cada dos horas, hay lo que se dice "Safety break", o descanso de seguridad. No, no es para que la gente metida en la piscina descanse tranquila después de mucho chapoteo, ¡¡¡¡es para que los socorristas puedan descansar!!!! O sea, todo el mundo sale de la piscina, para permitir un descanso a tan abnegados postadolescentes. Los quince minutos consisten en intervalos de un minuto cada uno, en que los niños preguntan a las mamás cuanto tiempo falta para que se acabe el "Safety break", a lo que las mamás responden "un poco" cada vez que son preguntadas.
- de vuelta al trabajo, los socorristas procuran que, al igual que antes:
- nadie entre a la piscina de cabeza;
- nadie suba a la espalda de un compañero;
- nadie nade en la zona en que los niños chipotean;
- nadie nade en la zona que hay tobogán y trampolines;
- nadie suba a la escalera del tobogán hasta que el anterior se haya tirado y salido del agua;
- nadie suba a la escalera del trampolín hasta que el anterior haya saltado y salido del agua;
- ...
aún no conozco todas las normas, pero me da miedo preguntar y encontrar un listado demasiado largo que se debe cumplir.
Debo reconocer que mis niños actúan bastante como las bestias negras de los socorristas de Massachusetts. En casa estamos acostumbrados a saltar, brincar, entrar en la piscina con los pies, con la barriga o con la cabeza, subirnos a espaldas unos de otros, reír, saltar, tragar agua, bucear, pellizcarte las pantorrillas, bucear, tirar agua con la boca como si de una fuente se tratara... los socorristas de Massachusetts tienen un silbido que usan con demasiada frecuencia apuntando a mis hijos. Al principio yo pensaba que nos echarían de la piscina. Al cabo de un tiempo, he comprobado con estupefacción que mis hijos siguen las normas impuestas de forma natural, sin quejarse demasiado (¡Espectacular!). Esto se llama adaptación al medio.
Madre mía cuánta normal. Si tienes acceso a las estadísticas de ahogamientos en Massachusets, me contarás que son 0 porque...
ResponderEliminarBesos
En eso confío... que tanta norma sirva para algo;)
EliminarDesde luego la piscina tiene una pinta estupenda. Una pregunta ¿no se estila tener piscina en la propia casa? Te lo comento porque donde yo vivo es muy frecuente que cada chalet tenga su propia piscina (aunque sea pequeñita)
ResponderEliminarUna piscina en este territorio, que tiene diez meses de invierno y dos de verano no es la mejor inversión;) no conozco a nadie que tenga piscina propia, quizás si las hay son interiores... yo investigo y te cuento;))
EliminarA eso se le llama seguridad, sí señor! Quizás debiéramos aprender un poco para mantener a salvo a todos los peques.
ResponderEliminarYa te contaré... Después de un mes en las piscinas y playas de España, mis hijos volverán un poco (o muy) salvajes a las de Massachusetts;)
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