En mi tierra patria, en la costa mediterránea, la sal es el condimento más usado en la cocina. Siguiendo las recetas de mi madre, añado sal a casi todos los platos que cocino, ya sea carne, pescado, vegetales, caldos, pasta, arroces... e incluso ¡en algunos postres dulces!
La sal es uno de los ingredientes imprescindibles en nuestra cocina. La única diferencia entre la sal de cocina usada a orillas del Mediterráneo y la sal de cocina que uso a orillas del Atlántico es que aquí la compro Kosher por tener mejor sabor.
Pero durante los fríos meses de invierno, la sal es uno de los ingredientes principales e imprescindibles en Massachusetts fuera de la cocina. La sal es totalmente necesaria para poder circular, en automóbil o a pie, por las calles de las poblaciones de este estado americano cuna de la constitución americana. Sin sal en las calles, las carreteras y las aceras, se habrían producido un montón de caídas, deslizamientos y accidentes. Sin la sal en las calles todos nos hubiéramos deslizado por las calles como si estuviésemos en una pista de patinaje.
He podido ver sal naranja, azul turquesa y verde. Sal de todos los colores que se utiliza para contrarrestar el efecto de la nieve al helarse. Sal que cruje bajo mis pisadas, sal que ensucia mi coche y acelera el proceso de corrosión, sal que destruye lentamente las suelas de mis zapatos. Pero incluso con estos efectos colaterales, sal bienvenida y salvadora.
El dicho "Sal de la vida" es absolutamente cierto en Boston y alrededores.
Viva la sal, sea en el plato o en la calle.
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