Ya es la tercera Superbowl que podemos disfrutar desde que vivimos en tierras americanas. Los New England Patriots, el equipo local, es uno de los mejores equipos de fútbol americano y de las tres Superbowls que hemos vivido, dos las han jugado los Patriots, capitaneados por Tom Brady, el héroe local más admirado.
Primera Superbowl de mi família
En el exterior de nuestra casa, una tormenta de nieve nos pintaba de blanco los árboles, las calles y las casas de nuestro alrededor. Poco a poco la nieve se posaba sobre nuestro mundo mientras nosotros lo observábamos curiosos desde la ventana.
En el interior, los cuatro en nuestro sofá nuevo, también observábamos como unos 500.000 tipos con casco y vestidos de colores vivos se pegaban, corrían, se daban tropezones y caían unos sobre los otros, con el fin de conseguir una pelota de la forma de un melón. No entendí ni una pizca de las normas del juego. Anuncios dispares y disparatados aparecían por doquier en cada segundo de mini descanso y en el intermedio, una Katy Perry subida a un león metálico cantó una de sus canciones más populares. A mi pequeño se le ocurrió en el mismo instante de dar comienzo la Superbowl de desarrollar gripe, fiebre y sarpullido cutáneo. Y a la madre del pequeño se le ocurrió medicarlo con antipiréticos, puesto que visitar una sala de emergencias cercana a nuestra casa implicaba hacer caso omiso de la orden de quedarse en casa debido a la tormenta de nieve, con el riesgo de que al llegar no hubiese ningún médico disponible. Si, afortunadamente, mis medicamentos funcionaron.
Segunda Superbowl de la família
En el exterior, la nieve caía sin demasiadas ganas y el blanco no llegó a posarse en las calles.
En el interior, nuestra família preparaba un manjar digno de la Superbowl: hamburguesas, patatas fritas, hummus con dips para picar, coca-colas, cervezas... esperando a nuestros amigos para contemplar nuestra segunda Superbowl. Este segundo año los Patriots no llegaron a la final, con lo cual, los nervios de la gente de Massachusetts eran mucho menores, aunque no así su afán por el espectáculo que siempre significa el final del campeonato de uno de los deportes americanos más populares. Los amigos llegaron, vieron un poco la televisión, reímos otro poquito, comimos demasiado y los amigos se marcharon antes de acabar el partido. En este segundo año continuó mi desconocimiento por cualquier tipo de táctica que pudiera practicarse en el terreno de juego, aunque disfruté del espectáculo que Beyoncé, Coldplay y Bruno Mars realizaron durante el intermedio. Mi pequeño y mi mayor estuvieron sanos durante todo el partido aunque se levantaron con dolor de estómago por la mañana debido a la ingesta cantidad de patatas fritas aliñadas con ketchup que consiguieron meter por su boca.
Tercera Superbowl de la família
En el exterior, ni una pizca de nieve embadurnaba los árboles que, desprovistos de hojas, quedaban como desposeídos de su magia hivernal.
En el interior, nuestra família disfrutó de una Superbowl en casa de unos fantásticos vecinos que nos invitaron a celebrar tan popular evento. Al llegar a la casa, empezamos a picar manjares varios que habían preparado: costillas de cerdo, diversos "dips" (salsas calóricas de queso, guacamole, tomate con un gusto delicioso pero en las que todas las calorías se te meten en las pantorrillas), pollo rebozado, pan de maíz... y ¡empieza el partido!¡Y continúa mi incapacidad para entender nada de lo que está sucediendo en el terreno de juego!¿Los Patriots tienen la pelota y el anfitrión de la casa grita de alegría? Pues yo exhibo un ¡Vamos! a lo Arantxa Sánchez Vicario. ¿Que los Patriots tienen la pelota y el anfitrión se desespera? Pues exhibo mi mayor cara de desconsuelo. Soy incapaz de entender porqué hay un touchdown o porqué no, porqué ahora cambian los jugadores de un mismo equipo si hace poco que ya habían cambiado.
Para mi, una de las cosas más fascinantes de la Superbowl son los anuncios, esas estrategias de creatividad infinita que te obligan a pensar en el producto que están ofreciendo. Admiro de verdad la capacidad creativa de las personas capaces de crear un anuncio que acapare toda tu atención. Y los anuncios de los intermedios de la Superbowl son fascinantes. Y mucho más si has vivido siempre en Estados Unidos, puesto que hay muchas referencias a gente o productos del pasado que consiguen hacerte recordar tu niñez. Al no tener un pasado americano, no conseguí entender algunos de los anuncios, pero disfruté de lo lindo con el resto.
¿La guinda del pastel? Lady Gaga volando, cantando, tocando el piano y bailando, para asombro y deleite de todos los asistentes, estuvieran en el campo o cómodamente sentados en casa de sus vecinos.
Impresionante. Como siempre. ¿Mis pequeños? No disfrutaron ni un segundo de la Superbowl, se zamparon todo lo que pudieron y jugaron con los niños de la casa hasta la saciedad. ¿Quién pide más?
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