Lo conocí en un bar. Me encantó desde el primer momento. Y después nuestros encuentros fueron cada vez más habituales, más largos, más duraderos. Quedábamos solos o con amigos y siempre nos lo pasábamos bien. Al cabo de poco tiempo se instaló en casa. Y me encantaban las conversaciones en la cocina, él siempre a mi lado y yo saboreando su olor, su pasión, su desenfreno.
Llegó la expatriación. Me dijo que me acompañaba hasta el fin del mundo. Y los dos juntos emprendimos el viaje que nos llevaría hasta el nuevo mundo.
Aquí en Massachusetts él ha cambiado. Ya no tiene el vigor que tenía antes, lo noto cansado, ha engordado y su pasión ha decrecido. En cambio, mi pasión está llegando a extremos insospechados hace unos años. Lo necesito. Cada día al levantarme, necesito su compañía, estar cerca de él, que me cuente cosas. Y me acompaña al trabajo. Recorremos juntos los interminables pasadizos, mientras yo le cuento mis cosas, mis penas, mis angustias, mis tristezas y mis alegrías. Mis logros, mis pasiones y mis pensamientos más profundos. Él me acompaña callado, sin rechistar. Sin decirme nada. Sólo yo le hablo. Cuando vamos de compras, lo cojo de la mano, muy fuerte. Recorro las tiendas mientras él, tranquilo, me espera a que yo compre lo que necesito. Tranquilo.
No me deja. Y yo lo necesito más y más. Sé que no es el mismo de antes, sé que va perdiendo fuerza y carácter y que engorda por momentos. Pero no sé pasar sin él.
Es mío. Mi café. Claro está.
Desde luego ese vínculo es especial. En mi caso es por las mañanas. Eso si, a veces a esas tertulias se añade otro compañero que también participa.... el bizcocho casero. No hay nada como una compañía especial, siempre te dejan un buen sabor de boca.
ResponderEliminarMe ha encantado la entrada que has puesto hoy. Bravo!!!
En casa era cosa de tres, la relación (café, croissant y yo;). Aquí, mi relación es de grandes dosis de café, aunque mucho más diluido que al que estaba acostumbrada.
EliminarFeliz semana y a disfrutar de la relación bizcocho café tanto como sea posible;)))))))
Pensé que te referias a una mascota, que son tan fieles como el cafe :) Si, es cierto, para mi es tambien un fiel compañero, el co autor de todo lo que hago. Lo que envidio es el trio que tienes con los croasanes o el bizcocho. POr ahora no puedo darme el lujo de sentarme al cafe que contenga harina y azucar. Saludos!
ResponderEliminarEl croissant lo tengo de trio cuando estoy en la casa patria, aquí en Massachusetts el café viene acompañado de leche... desnatada;))))) Si, siempre apetece un poco de azúcar en tu vida, también... ya me contarás cuando puedes tomar harina y azúcar.
Eliminar¡Abrazo!