El Museo de Ciencia (Science Museum) de Boston es perfecto para los niños.
Espacios grandes y pequeños repletos de experimentos, dispuestos a ser tocados, analizados o golpeados por niños y mayores, que van cambiando de actividad a cada cual más interesante. Conferencias o demostraciones en todo el recinto; exposiciones temporales que profundizan sobre temas actuales e interesantes; asistentes que te ayudan o que avivan tu imaginación.
Además, el tiempo frío de New England te invita a que puedas pasar mucho tiempo en recintos cerrados. Y si son recintos en que los niños aprenden disfrutando, es lo más que se puede desear.
Aunque siempre me sorprende la temprana edad en que muchos de los churumbeles empiezan a desenvolverse por las salas del Museo. Niños muy pequeñitos, incluso algunos aprendiendo a caminar, dan sus primeros pasos, literalmente, en el Museo. Parejas jóvenes, multiculturales, seguramente del entorno del MIT o de Harvard, que quieren que sus niños sientan pasión por la ciencia ya desde pequeños pequeñitos.
Uno de los apartados donde los niños pueden poner en práctica su imaginación es en una esquina de la sala principal. Cada día, en este espacio, se plantea un nuevo reto que los peques deben afrontar:
usando pequeño material como palos de madera, tapones de plástico, gomas elasticas y demás objetos cotidianos, se propone construir algo (una construcción lo más alta posible, unas pinzas para coger muñequitos...). Al final del reto, unos ayudantes del Museo valoran mediante pruebas cuantitativas la veracidad de lo que se ha construido. Normalmente, participan en este reto niños entre 6 y 12 años... y alguien mayor, mucho mayor. Porque aquí es un escenario perfecto para descubrir los tipos de papás existentes.
Mientras que las mamás corren por la sala persiguiendo a sus bebitos, o leyendo mensajes de móbil, o sentadas mirando al infinito, los papás toman diferentes posiciones en relación con el experimento que debe afrontar su hijo. Distinguimos diversas clases de papás:
Papás experimentalmente inactivos
Mientras su hijo intenta o no, con mayor o menor atención, fabricar alguna cosa con el material, el papá inactivo aprovecha para ir al baño, para dar una vuelta por el recinto o para consultar el estado de la bolsa a través del móbil. Buscará a su hijo al cabo de un rato y contemplará su obra sin demasiada atención.
Papás experimentalmente ayudantes
Serán la sombra de sus hijos o, más aún, la sombra habladora que les susurrará o gritará (según el caso) a sus hijos lo que deben o no deben hacer y el material que pueden o no utilizar. Les darán ánimos y, cuando el hijo ya esté harto de la intromisión paterna, intentará ser menos explícito aunque no podrá.
Papás experimentalmente hacedores
En este caso, ya directamente, son los papás los que toman las riendas del experimento en cuestión. Cogen ellos el material e intentan darle la mejor forma posible para que su construcción sea de las mejores de toda la sala. Mientras está realizando el trabajo (destinado previamente a su hijo), el papá-experimentalmente-hacedor intentará que su hijo le preste atención: "Mira, hijo, debe ponerse así y así esta pieza, para que no caiga y...". Mientras, el hijo, que no es tonto y está hasta las narices de la intromisión de su padre, pondrá cara de boniato pero no intentará participar, puesto que sabe que su padre le corregiría contínuamente.
La madre del niño y el niño intercambiaran miradas. La madre, condescendiente, diciéndole al hijo con la mirada: "Hijo, ten paciencia, papá quiere ayudarte y no sabe que te está estorbando. No se lo tengas en cuenta." El hijo, cansado, diciéndole a la madre con la mirada: "¡Me aburro!"
Y así, circulando de sala en sala, parándose en unas si y otras no, las familias pasan un día entretenido y desestresante (para algunos más que para otros).
esa foto me recuerda al de barcelona. los museos de la ciencia son un gran lugar para visitar.
ResponderEliminarSi, aunque el CosmoCaixa es mucho más moderno y nuevo, los Museos de Ciencia siempre son un buen lugar para que los niños pasen un rato muy divertido e interesante.
EliminarMucho besos;)
Nosotros somos muy de museos, aunque a decir verdad, aqui en Barcelona me cuesta encontrar museos que les resulten interesantes. Donde pasamos un dia muy divertido fue en el museo de ciencias naturales de New York. La verdad es que disfrutamos mucho los 4, sellandolo con un paseo por Central Park. Simplemente maravilloso todo....
ResponderEliminarUn Beso
Hola! Los museos siempre son un sitio interesantísimo donde perderte;) el de Ciencias naturales de New York es extraordinario, como comentas. Además, al ser el escenario de la peli de Ben Stiller "Night at the Museum", mis hijos no quisieron perderse ni una sala!
EliminarBesos!
¡Qué lugar tan fantástico ! Me encantan ,yo cuando voy a alguna ciudad lo primero que busco es el Museo de Ciencias. Nos gustó mucho el de Valencia ,el de Las Palmas y el de la Laguna en Tenerife. Nuestro papá sería inactivo, a ese no le interesa la ciencia por más que yo lo intenté ,pues claro es mi campo y yo sería mitad colaboradora mitad hacedora,jaja.
ResponderEliminarEl Museo de la Ciencia es el sitio que más hemos visitado estos últimos tiempos. Los niños disfrutan y pasamos todos un día agradable.
EliminarVeo que entre los dos papás tenéis todos los papás tipo al completo;)
Me apunto todos estos que has visitado como deberes.