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Dyson

¿Y quién es ella?

Me he enamorado. De una aspiradora. Os cuento. No ha sido un amor a primera vista ni mucho menos, aunque cuando la vi por primera vez ya me resultó atractiva. Además, yo ya venía de una larga lista de desengaños amorosos con varias aspiradoras que he podido "sufrir" a lo largo de mi dilatada vida. ¿Os hago un resumen?
Aspiradora de toda la vida, dícese escoba. Con palo largo, moustache hacia el suelo y recogedor que te deja los riñones destrozados. Por suerte, fué mi primera experiencia, con lo cual, como casi todas las primeras experiencias, no funcionó.
Aspiradora de casa de mis padres. Con un culo gordote y pesado que debías abrir para cambiar el filtro cada dos por tres. El culo gordote, aunque con ruedecitas, se encallaba por todos los rincones de casa de mis padres, mientras yo tiraba del mango para acabar cuanto antes con aquella tortura. Si además tenías una escalera enmedio para disfrutar, cargar con la aspiradora y que no se te enrollara el mango entre las piernas era un logro excepcional. 
Aspiración centralizada. Y aquí llegó el avance del siglo ventidós, mejor, del veintitres. El invento del siglo, el invento que devolvería el bienestar a todas las casas que pudieran asumir este elemento indispensable de toda casa pija. Lo que no sabían las orgullosas amas de casa de este cacharro en cuestión es que el mango es tan largo y tan pesado como una aspiradora normal. Y aunque te ahorres enchufar la aspiradora aquí y allá, no te ahorras el cargar con un mango enrollado largo y pesado que cuesta montones de transportar y que debes enchufar en los distintos huecos de la casa hechos exclusivamente para este fin.
Finalmente, la roomba, el irobot o como se llamen sus sucedáneos en cuestión significaba el gran avance de la humanidad. No sólo aspiraba, además aspiraba...sólo! Sin tu estar en casa, este pequeño gran robot te limpiaba toda la casa en un plis plas y luego él solito se autodevolvía a su cargador, para que tu entrases en la casa y ésta reluciera sin ninguna mota de polvo. Craso error. Al entrar yo en casa, lo único que podía ver eran todas las motas de polvo que la maquinucha se había olvidado por el camino, que no eran pocas. Fué tanta mi obsesión que volví a mis raices con la escoba, para no acabar de los nervios. 
Y llegamos a Boston. Sin artilugios eléctricos europeos, puesto que no funcionan con la misma potencia y, según me contaban amigas mías ya americanizadas, los electrodomésticos que se trajeron hacia el Nuevo Continente se estropeaban al poco. O sea, que aquí debía buscar cual sería mi amiga del alma quitapolvo. Y entré en una tienda de electrodomésticos. Había tipos de aspiradoras a montones. Y, en medio de todas ellas, la vi. Allí estaba, pintada de fucsia, un color nada discreto como los que a mi me gustan. No fué un amor a primera vista. Antes pedí referencias a los chicos de la tienda, quienes me contaron que funcionaba muy bien y aunque su precio era elevado, merecía la pena. No llevaba filtros que debían cambiarse y la dejabas cargada, la desenchufabas y ya la tenías lista para empezar a menear. 
Así fue. La cargué, la desenchufé y me puse a pasear con ella por la casa. ¡Qué delicia! Aspira fuerte, se guarda el polvo y demás porquería y se enciende y se para a mi voluntad. Consta de la pieza de las aspiradoras de toda la vida que se pasea por el suelo, de un tubo largo (de color fucsia (detalle importante)) y de un motor en la parte de arriba y una cajita donde se guarda toda la porquería que se aspira. Al finalizar, abres la cajita, la vacías en el cubo de la basura y a cargar, lista para volver a las andadas a mi voluntad. Mientras aspira, no está conectada a ningún enchufe, ni tiene los tubos largos que se estiran y se contraen al tiempo que tu intentas que no se te enrollen entre las piernas. Los primeros paseos no fueron del todo deliciosos puesto que se le acababa la batería antes de que yo hubiera terminado de aspirar toda la casa. Al cabo de pocos intentos, le tengo cogida la medida y ya está, las dos acabamos nuestra energía a la vez.
Si, no fue un amor a primera vista pero ahora ya no podría vivir sin ella. La necesito. Mi Dyson, mi cosita bonita.

Comentarios

  1. Jajajajajaj Te has enamorado de verdad!!!

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  2. Con lo fácil que es aspirar ahora!!! Y cuantos desengaños amorosos he sufrido por el camino ;))))

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  3. Me suena ese tipo de enamoramiento!!! jaja.

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  4. Con lo fácil que es ahora aspirar y lo complicado que lo tenía antes! Grrr ;) amor total ;)

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  5. Yo también tengo una dyson y estoy encantada con ella. Aunque la mía tiene cable, pero sin filtros.

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  6. Esta aspiradora es, de lejos, la mejor que he tenido. Espero que me dure muchos años...

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