Positivizando

He decidido publicar un listado de cosas que me gustan de Massachusetts. Me encantaría saber si alguien comparte alguno de los puntos que ahora mismito menciono, dondequiera que sea el trocito de mundo donde vive.

Y se me ha ocurrido lanzar la campaña "POSITIVÍZATE", para que todos contemos aspectos negativos de donde vivimos, pero en plan positivo. Seguro que encontramos muchas situaciones que en principio no son chulas, pero a las que conseguimos darle la vuelta y disfrutarlas. ¡Atrévete!

Aquí van las mías:

- En países calurosos, poco después de hacer la compra y ponerla en la parte de atrás del coche, debes correr para que los alimentos congelados (entiéndase pizzas, guisantes y helados) no se descongelen. Aquí en Massachusetts, con el frío que tenemos, después de la compra podría ir a dar una vuelta, recoger a los niños, irme al trabajo, pararme en un Starbucks y, al llegar a casa, la comida congelada continuaría estando congelada. Creo que esto es una primera ventaja super chula.

- En nuestra patria, puedes mantener conversaciones con las mamás-vecinas que, aunque no te interesen, no puedes desconectar del todo, puesto que te tildarían de maleducada. Aquí en Massachusetts, la mezcla cultural es tan impresionante que si una mamá japonesa, o una mamá china, o rusa, con su inglés particular te cuenta alguna cosa, no pasa nada si tu le respondes afirmativamente aunque esa respuesta no sea la correcta. Todos aprendemos a convivir sabiendo de nuestras limitaciones idiomáticas.

- En la casa patria, la abuela de mis hijos (es decir mi madre) te remarca que los niños necesitan un corte de pelo. Te lo dice los lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo, hasta que tu ya no soportas la presión y claudicas en eso de tener a unos niños rollo Beatles melenudos. Aquí en Massachusetts, la abuela visita semanalmente nuestra casa via Skype, los niños aparecen y desaparecen de su pantalla y ella sólo puede decir: "¡qué guapos que están, cómo han crecido!".

- Debes empezar de cero con las amistades, cuando te instalas en un nuevo país. En tu país de toda la vida, aquella chica que de pequeña no te caía bien ahora es mamá del mismo cole del de tus hijos y debes saludarla. Aún se te remueven las entrañas cuando pasas por el lado de aquel chaval que te llamó culo gordo cuando ambos teníais trece años. En Massachusetts todo el mundo está por descubrir, con lo cual, no debes preocuparte si aquel hombre que pasa por tu lado es tu amigo o tu enemigo, de momento. Lo que si es, es un desconocido, al que puedes abrir las puertas de tu casa (o no), pero empezando de cero cero.

- En mi país de origen, los zapatitos cursis eran mi debilidad. No podía salir a la calle sin unos zapatos chulos. Aquí en Massachusetts, donde prima la comodidad, estoy destrozando por primera vez en mi vida unas zapatillas deportivas, por exceso de uso. ¡Y lo bien que camino yo ahora con unas deportivas, aunque todo mi ejercicio sea ir a buscar a mis peques al cole y sentarme un rato mientras ellos juegan con sus amigos del cole en los columpios!

- Ahora soy la amiga que vive lejos, con lo cual ostento el título de confidente de alguna de mis amigas. Es más fácil contarme secretos a mi, porque saben que yo no puedo contarlos mientras estoy de cháchara en el trabajo delante de la máquina del café hablando con algún conocido en común. Y me gusta ser confidente y guardar secretos, debo reconocer que la relación con algunas amigas de mi patria se ha vuelto más cercana ahora que vivo lejos.

- Al pasar las vacaciones en la casa patria todo el mundo te sonríe, te pregunta cómo está y te miran con cara de pena por ser la pobre desgraciada que se ha visto obligada a expatriarse. Tu sonríes, los miras con cara alegre y piensas para tus adentros que eres la afortunada que tiene la oportunidad de descubrir nuevos mundos totalmente diferentes al que estabas acostumbrada y también sabes que los que te miran con cara apenada nunca lo entenderán.

- Los ahorros en regalos son extraordinarios. Ni amigos, ni sobrinos, ni hermanos, ni padres cerca, con lo cual, una felicitación rollo foto de los niños con un ¡Felicidades abuelo! escrito en la parte superior y enviado por email el mismo día queda perfecto. Los abuelos emocionados, te envían un Whatsapp de agradecimiento y a ti te sale una sonrisa de añoranza porqué si, en este caso, un abrazo a tus papás si que lo echas de menos.

- Llevar a los niños a cole es un lifting natural. Con el frío que hace en invierno en Massachusetts, debes llevar puesto el gorro siempre para salir al exterior, o las ideas (y algunas neuronas) seguro que se te congelarán. La parte de la cara que no está cubierta sufre los envites del frío congelador, de modo que la cara te queda congelada unos segundos y estoy segurísima del todo que las células envejecen mucho más lentas con este clima.

- En Massachusetts tenemos nieve (y mucha) gran parte del invierno. La nieve cae y se posa en todos los rincones que puede, con lo cual vivo dentro de una postal de navidad. Las fotos que he sacado de la nieve son extraordinarias. Si, reconozco que no son muchas tampoco, puesto que sacarme los guantes para tomar la foto es una tarea ardua al quedar la mano congelada en pocos segundos, pero merece la pena cuando, al entrar en casa, compruebo lo bonito que está el entorno donde vivo.