Acostumbro a conducir por autopista. Hacia Boston en hora punta prefiero la autopista a los semáforos de las carreteras colindantes. Hacia las afueras el camino también es mejor para evitar parar continuamente en los abundantes semáforos. Así pues, cada día tomo la autopista, la MassPike, para dirigirme al trabajo.
A la entrada de la autopista, recojo un tíquet y a la salida, una persona me lo recoge y me dice lo que debo pagar. Y claro, pago.
Las personas que están dentro de un reducido habitáculo muchas horas, entregando tíquets o recogiéndolos y cobrando a los conductores son muy diversas:
- hay la señora ya mayor, con gafas y pequeñita,
- el hombretón de panza enorme,
- la chiquilla con trenzas por toda la cabeza,
- el chico tímido que casi ni te mira,
- el chico extrovertido que te contagia su amplia sonrisa,
- la mujer madura con cara cansada,
- el hombre de mediana edad con los ojos muy muy abiertos,
-...
y eso si, con fisionomías provenientes de todos los rincones del planeta: orientales, de piel negra, de piel blanca, latinos...
Todos viviendo en Massachusetts. ¿Primera generación?¿Segunda? A saber. Americanos.
Y en el 99% de los casos, me devuelven la sonrisa y me dicen "Have a nice day (Que tenga un buen día)".
Si, esas personas que casi no pueden moverse de sus asientos, que se pasan horas dando o recogiendo tíquets, o devolviendo cambio. Esas personas que soportan el frío de Massachusetts vehementemente, porque ya están acostumbrados, porque forma parte de su normalidad, me saludan y me desean los buenos días.
El primer día que tomé la autopista estaba muy nerviosa (no me gusta conducir, y entrar en una autopista me pone frenética, puesto que no salir por la salida correcta implica muchos quilómetros más y mucho tiempo de demora) y la persona que me cobró me sonrió y me deseó buenos días. Recuerdo que pensé que debía ser un caso aislado, puesto que ¿quién quiere ser simpático en un trabajo como este? No hay necesidad de ser simpático, el contacto con "sus clientes" dura dos o tres segundos y nadie les da propina por estar allí.
Pues no. No era un caso aislado. Saludan. Te sonríen, te devuelven la sonrisa e incluso muchas veces son ellos los primeros en tener una sonrisa que te alegrará el día durante unos minutos.
Gracias. Gracias por una simpatía que nadie les ha impuesto pero a la que se han acostumbrado y a la que me tienen acostumbrada. Gracias por sacar la mano y el brazo de su cubículo, con el tiempo inclemente, para recoger el cambio y devolverme unas monedas envueltas con una sonrisa y un "Have a nice day".
Que diferencia chica porque aquí pocos son así... Mi madre siempre se queja de lo mismo.
ResponderEliminarLe comentaré que viaje a Masachusetss jejeje
Besos
A mi me sorprendió tantísimo que he querido apuntarlo en el blog, la diferencia es abismal! Pues si tu madre viene a Massachusetts que me llame y viajaremos juntas por la autopista;)
EliminarUn abrazo!