A la salida de la escuela, cinco minutos antes de acabar las clases, las mamás se reúnen para comentar que su peque está resfriado o que han encontrado una ganga en Marshals, mientras esperan pacientemente a que abran las puertas del colegio y salga la marabunta.
Yo soy de las mamás que llega tarde, corriendo con la lengua fuera, saluda al crossing guard a toda prisa, se da cuenta de que hoy tampoco se ha maquillado y de que debe ejercitar un poco más esos músculos para controlar los michelines incipientes que se van reuniendo cada vez con más precisión alrededor de la cintura.
Soy de las mamás que saluda (o no) a las otras mamás que tropiezan con ella, pendientes todas de que nuestros pequeñines nos vean y sin demasiado entusiasmo, nos den un beso casi imperceptible y nos pidan un helado o que nos quedemos en al parque a jugar.
El otro día, contemplando esta situación que se repite cada día de lunes a viernes, tuve la certeza de que:
No soy una Barbie mamá.
Dicho lo cual, paso a la definición de la Barbie mamá:
la Barbie mamá luce un pelo largo y liso, es rubia (natural o teñida, da igual) y siempre, siempre, lleva el pelo como si hubiera salido en ese instante de la peluquería.
La Barbie mamá lleva una sonrisa perenne incorporada a su boca. Nunca deja de sonreír.
La Barbie mamá tiene una cintura de avispa aún después de los cinco embarazos que le han dado cuatro varones y la benjamina de la familia.
Va bien vestida y sin manchas. Camina grácilmente mientras carga una o dos maletas de sus pequeños sin demasiado interés.
Tiene alrededor una corte de otras Barbie mamás aunque algunas no son ni tan rubias, ni tienen el pelo tan largo ni bien acicalado.
Su mundo a la salida del cole son las otras Barbie mamás; con ellas define estrategias para comprar el mejor regalo para las profesoras de sus churumbeles; y con ellas critica a las otras mamás ojerosas, no tan risueñas, con el pelo corto y con canas, con esos michelines de más y que no llevan la ropa tan conjuntada como lo suya.
La Barbie mamá no se fija excesivamente en sus hijos durante el rato de columpios que todos compartimos con ilusión (la ilusión en los columpios es la ironía más grande que hasta ahora he escrito).
La Barbie mamá continúa compartiendo confidencias con las otras Barbie mamás, mientras sus hijos se tiran de los pelos, discuten, se pegan y dan brincos delante de ellas, sin que sus mamás consigan verlos por muy cerca que estén.
Al acabar el rato políticamente correcto de desahogo de sus hijos, la Barbie mamá pegará un gritito para reunir a los cinco vástagos que, sucios y desaliñados, correrán detrás suyo con mayor o menor apremio.
Y así, como una mamá pato pero eso si, con ropa de marca, la Barbie mamá desfilará cual modelo en pasarela, saludando con la mano a sus compañeras de desvelos y con una sonrisa perenne a los demás mortales que seguimos sus pasos con envidia y tesón, segundos antes de gritar a pleno pulmón a nuestros hijos, puesto que están encaramados en la rama en la que les habíamos prohibido subir hace apenas unos instantes.
La Barbie mamá de Massachusetts se diferencia del resto de Barbie mamás del mundo por su atuendo: no viste con ropa de ejecutiva agresiva, ni de ama de casa con falda plisada. La de Massachusetts viste ropa de deporte de la última temporada, con colores vivos y ceñida al cuerpo, para demostrarse a ella y al mundo que en esta vida, merece la pena cuidar un cuerpo diez que no cambia ni con embarazos seguidos, ni con comida hipocalórica.
¡¡¡¡Quiero ser una Barbie mamá!!!!!!
Noooooo!! :-p
ResponderEliminarJajajajaja!!!!!!!! Bueno, vale, continuaré con mi pelo a lo salvaje y saludando a quien quiera, no a todo el mundo;))))))))))
EliminarJajaja!! Mejor eso que ser un clon :)))
EliminarMadre mía! Esto suena igual que las Stepford Wives! que lo mismo son de ahí... madre del amor hermoso...
ResponderEliminarNo sé quienes son las Stepford Wives, sólo sé que en todos lados existen mamás guapas con sonrisa perenne y preocupadas de cosas insubstanciales (algo así como Brie VandeCamp de Mujeres desesperadas). Y aquí en Massachusetts van con ropa de jogging;)
EliminarNo he conseguido ser una Barbie antes de ser mamá, así que imagínate ahora jajaja Si salgo peinada, ya es un logro
ResponderEliminarje je, yo tampoco, por amplitud excesiva de caderas, cabellos demasiado cortos y encrespados a lo loco y por que voy a mi bola siempre. En fin, nunca seré Barbie mamá, aunque he llegado a la conclusión que no me apetece lo más mínimo;)
EliminarAquí también hay barbie mamá.... en nuestra versión typical spanish las tenemos rubias, morenas y castañas, pero lo demás, igualito....
ResponderEliminarMucho me temo que cada país tiene su propia versión.... qué cruz, no?
Pues si, pero sin ellas, no habría nadie a quien criticar a la salida de la escuela, ni habría podido escribir este post, ni habría comprobado lo diferentes que son de mi;) Todo tiene su lado bueno, verdad?
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