Uno de los cuadros mundialmente conocidos es la Mona Lisa, que actualmente ocupa una sala del museo del Louvre, en Paris. Se dice que entre muchos otros factores, esta pequeña pintura es tan famosa por la enigmática sonrisa de la mujer que pintó Leonardo da Vinci hace ya más de quinientos años.
Al llegar a Massachusetts, observé aturdida que la gente me sonreía por la calle. Sin conocerles absolutamente de nada, la gente que se cruzaba en mi camino me miraba y esgrimía una medio sonrisa para saludarme. Incluso algunos me decían "Hola." (Bueno, en realidad "Hi").
Yo, acostumbrada a que por las calles la gente ni se mira, que no se saluda si no eres un conocido de toda la vida, que va a su aire sin importarle quien anda alrededor, me quedé patidifusa mientras caminaba por distintos rincones de Massachusetts. Cuando la gente pasa por mi lado, ¡me sonríe! Si, si, la mujer que pasea el perro a -20ºC de temperatura, el hombre que limpia de nieve o de hojas la entrada de su casa, la viejecita que da tranquilamente un paseo, el papá que sale de la escuela cuando acaba de dejar a sus hijos... la mayoría de la gente que encuentro por el camino, me saluda (aunque excluyo de este hecho a niños y adolescentes). Considero el hecho de saludar a desconocidos al menos con una sonrisa un hecho extraordinario, dado mi bagaje cultural.
Al cabo de poco tiempo descubrí efectivamente que las sonrisas de la gente no iban más allá, sencillamente eran un mecanismo cultural muy interiorizado asociado a la buena educación. Al encontrarme a mamás a la salida de la escuela de mis niños, algunas incluso me saludaban tan efusivamente con un "HOOOOOLAAAAAAA!!!!!!!!¿CÓMO ESTÁSSSSSSSSS?" en un tono tan alto de alegría, que pensaba que yo sería amiga íntima de gran parte de las mamás de cole. Descubrí (no sin alivio) que ese saludo era en realidad un "Hola que tal, te saludo porque es de buena educación pero no para que me contestes puesto que tengo prisa y voy a recoger a mis niños para llevarlos a actividades extraescolares y en realidad no me importa como estás". Así pues, puedo decir que conozco a un montón de vecinos, que la mayoría son simpatiquísimos cuando se cruzan contigo en la calle, aunque nuestras conversaciones nunca van más allá del "HOOOLAAAA ¿QUÉ TAL????" y "BIÉEEEENNNNNNN, GRACIASSS".
Debo reconocer que he adoptado esta costumbre ¿Americana?¿de Massachusetts? y voy por la calle siempre con mi medio sonrisa de Mona Lisa, puesto que nunca sé si me encontraré a un vecino al que debo saludar. Y camino sonriendo, y la gente me sonríe. Si, vale, nunca seré amiga íntima del 99,9999999% de la gente que me sonríe, pero aún así me da gustirrinín observar en sus caras un poco de alegría, aunque sea totalmente fingida.
La verdad es que sí es agradable que te saluden desde el punto de la mañana con una sonrisa en la cara, aunque sea de pura cortesía. No sólo es educación, además alegra el día a cualquiera. Aquí somos más dados a escabullirnos o, en el mejor de los casos, a gruñir un "buenos días" con la cabeza agachada, jajaja. En fin, cuestión de cultura y educación.
ResponderEliminarYo era de las de cara seria, sólo saludaba a conocidos muy muy conocidos por la calle, además como soy miope, hasta que no los tengo al lado no los veo;)
EliminarAhora saludo a quien sea, y me reconozco con una sonrisa en los labios cuando circulo por la calle;)
Pues una sonrisa te cambia, la mañana, la vida, la existencia bah! ;-)
ResponderEliminarY ahora que el frío empezará a apretar, los días seran grises y lluviosos o nevados, se agradece aún más, una sonrisa es como un pequeñito rayo de sol;)
Eliminarque genial! Aqui tengo dos aspectos que se oponen: en un ascensor, al entrar a una tienda o situaciones así, nadie te saluda. Y yo estaba acostumbrada al buenos días cuando entras en un ascensor o en una tienda!
ResponderEliminarPero en cambio, los compañeros de trabajo todos se saludan de beso (en la mejilla claro) al llegar y al irse, cada dia!! y de forma automática te dicen "hola como estai?bien gracias" (no se esperan a la respuesta solo lo dicen todo seguido jajaja
¡Qué chulo! Es interesante comprobar las diferentes costumbres en lugares distintos del mapa. Yo estoy acostumbrada a dar un beso en cada mejilla cuando alguien viene a casa a comer, en cambio los estadounidenses se abrazan (con un brazo) y ni un beso ni nada. ¡Y eso cuando hay mucha confidencialidad! Muy divertido lo de tus compañeros de trabajo;)
Eliminar¡Qué divertido y curioso! Si este comportamiento lo trasladamos al caso español yo observo dos diferencias. En el centro de Madrid si sonríes a alguien te miran como un bichillo raro, ¿le conoceré de algo? ¿qué intenciones tiene?
ResponderEliminarEn cambio en el mundo rural que es donde yo vivo (estoy hablando de una población de 1500 habitantes), si sonríes o saludas, aunque no los conozcas de nada, te responden e incluso algunos inician una conversación contigo (supérflua, pero conversación)
Creo que son rasgos muy curiosos dignos de analizar por un especialista. jeje.
Si, en todas partes es diferente. Yo estaba acostumbrada que la gente sólo se saludaba de excursión por la montaña. Aquí esto sucede igual. Pero en las ciudades, nada de nada. Y aquí, ya sea en Boston o en pueblos colindantes, la gente te sonríe. Y eso, a temperaturas bajas, sin sol, con cielo gris, se agradece muchísimo)
EliminarHola Roser, es tan cierto lo que dices, la gente aquí es de una amabilidad abrumadora que, aunque agradable, te confieso que a veces me entristece escuchar tantos "amaizing, great y awensome" vacíos cuando la conversación va mas allá del hola, pero en todo caso a quedarse con lo bueno y agradecer esas sonrisas. un abrazo ;) Carolina Izquiel.
ResponderEliminarSi, son muy agradables pero rayan la exageración. Debo reconocer pero, que me gusta
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