Ir al contenido principal

Sabes que vives en Massachusetts si:

- Consideras normal levantarte a las seis de la mañana;
- Consideras normal irte a la cama a las nueve de la noche;
- No tienes persianas en la habitación;
- Te gusta la nieve y las temperaturas negativas;
- Tienes ropa deportiva de los Red Sox y los Patriots aunque nunca hayas practicado ningún tipo de deporte, y mucho menos baseball y fútbol americano;
- Sonríes a la gente desconocida que se cruza contigo en el pasillo de tu trabajo;
- Cedes el paso a coches que no tienen prioridad;
- Crees que ir al supermercado vestida con ropa deportiva y bolso de marca no está reñido con el estilo, aunque no exista;
- Sabes que hay fiestas cristianas, judías y musulmanas y son todas bienvenidas;
- Saludas a tus conocidos con un semi abrazo que no aprieta;
- Te quedas en casa sin rechistar cuando el gobernador alerta de una tormenta de nieve;
- Tus hijos visten pantalones cortos y chaqueta de abrigo para ir a la escuela;
- Estás acostumbrada a cruzarte con autobuses amarillos que antes sólo visualizabas a través de la televisión;
- Hablas en inglés poniendo las preposiciones al final de las frases;
- No saltas, no buceas, no te tiras a la piscina y sigues las instrucciones del millar de adolescentes con acné que pilotan alrededor del charco vigilando que todo el mundo siga las normas;
- Te acostumbras a que en invierno el cielo esté oscuro a las cuatro de la tarde;
- Te acostumbras a que en verano el cielo esté claro a las cuatro de la mañana;
- Vayas de compra normalmente a Marshals, TJMaxx, HomeGoods, Target, Market Basket y CVS;
- Tienes una barbacoa en casa;
- Vives en una casa de madera, en mitad del bosque, sin que te ataque un oso feroz;
- Das dinero para fundaciones de Alzheimer, de niños enfermos o para el festival de fin de curso de quinto grado;
- Consideras que awesome, fantastic, hilarious, oh my God y Jesus deben salir frecuentemente en tu vocabulario;
- No bebes nunca si conduces;
- Ves banderas americanas en los trajes deportivos de tus pequeños, en las puertas de las casas y en las vallas de las carreteras;
- Escuchas música country en la radio;
- y eso, y mucho más.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De como el ratoncito conoció al elfo

"¡Mira, mamá!" me dice mi pequeño orgulloso, mostrándome una pequeña caja de plástico azul en forma de baúl. "¡El diente que se me movía se me ha caído durante la comida en el cole!". Pues veremos lo que te trae esta noche el Ratoncito Pérez. En casa, aunque en Massachusetts, intentamos mantener las tradiciones con las que hemos crecido mi marido y yo. En el caso de los dientes, a nuestros pequeños no los visita el hada de los dientes americana, la famosa Fairy Tooth . En nuestra casa aparece el Ratoncito Pérez, para traer algún pequeño regalito como intercambio del diente que descansa quietecito debajo de la almohada. Pero hoy mi pequeño me pide que yo misma hable con el Ratoncito Pérez y le pida un regalo inusual. "Mamá, yo quiero que el Ratoncito Pérez me traiga de regalo al Elf on the shelf ". ¿Cómo?¿Y ese quién es? Reconozco que lo he visto multitud de veces en multitud de tiendas por las que paseo para encontrar regalos innecesarios para gen...

Positivizando

He decidido publicar un listado de cosas que me gustan de Massachusetts.  Me encantaría saber si alguien comparte alguno de los puntos que ahora mismito menciono, dondequiera que sea el trocito de mundo donde vive. Y se me ha ocurrido lanzar la campaña "POSITIVÍZATE", para que todos contemos aspectos negativos de donde vivimos, pero en plan positivo. Seguro que encontramos muchas situaciones que en principio no son chulas, pero a las que conseguimos darle la vuelta y disfrutarlas. ¡Atrévete! Aquí van las mías: - En países calurosos, poco después de hacer la compra y ponerla en la parte de atrás del coche, debes correr para que los alimentos congelados (entiéndase pizzas, guisantes y helados) no se descongelen. Aquí en Massachusetts, con el frío que tenemos, después de la compra podría ir a dar una vuelta, recoger a los niños, irme al trabajo, pararme en un Starbucks y, al llegar a casa, la comida congelada continuaría estando congelada . Creo que esto es una p...

Luciérnagas humanas

En mi infancia, las luciérnagas que recuerdo estaban en un cuento ilustrado por Constanza. Una niña conduciendo (ahora la habrían detenido), tenía un accidente y su coche impactaba contra un árbol (ahora dirían que es sexista (y seguramente tendrían razón)). Con el impacto, las luces del coche quedaban hechas añicos, y la pobre niña lloraba, puesto que se había quedado a oscuras en mitad de un bosque (en los cuentos actuales, seguramente un zombi se la comería, pero por aquél entonces esos seres maravillosos que copan los libros políticamente correctos de mis hijos aún no existían). En cambio, quienes sí aparecían eran una pequeñas luciérnagas que, voluntariamente, se ponían dentro de las luces y le permitían llegar a casa sana y salva (ahora diríamos que eso es violencia animal). En mi juventud pude contemplar luciérnagas reales, pero no en muchas ocasiones. Recuerdo que las últimas las vi en Harlem, mientras regresábamos de un espectacular concierto. Ahora, lo que puedo contempl...