Ir al contenido principal

Tiempo de espera

Los padres somos el no va más. Cuando tenemos un hijo, le atribuimos infinitas cualidades. Algunas las tienen realmente, otras nos las imaginamos los progenitores, o pensamos que nuestros churumbeles las tienen interiorizadas, y que con una ayudita saldrán al exterior. Es decir, todos pensamos que tenemos un Messi, un Picasso o una Jane Eyre en potencia. Y que con un empujoncito, se nos convertirán en unos genios que nos permitirán vivir de renta el resto de nuestras vidas. 
Para incentivar esta genialidad que les atribuimos, lo que hacemos es proporcionarles una serie de clases extra escolares, que les brindarán los conocimientos necesarios para que aflore todo lo que tienen almacenado dentro, y que sólo los padres sabemos realmente que existe (como mínimo en nuestra mente y en la de los abuelos, por supuesto). 
Desde que llegamos a Massachusetts, mis pequeños han disfrutado nada más y nada menos que de clases de karate, basket, baseball, esgrima, fútbol, fútbol sala, ajedrez, dibujo, guitarra, clarinete, arte, magia, y supongo que me olvido  alguna. ¿Ha florecido alguna genialidad de éstos conocimientos? Hombre, genios, genios, en alguna de estas disciplinas yo no los veo. De hecho, básicamente en la mayoría, a la tercera clase ya me decían que no era necesario asistir más, y los ensayos en casa eran inexistentes. Pero tiempo al tiempo. Y si nos les gustan las clases actuales, pues probarán el trombón, la escritura china y el yoga. Que mis hijos son genios lo sé yo (y sus abuelos), ahora falta que lo descubra el resto del mundo.
Además, cabe contar con el enorme sacrificio de los padres, que los transportan de casa a la casa (generalmente particular) donde se imparten las clases, o el campo (generalmente municipal) donde hay los entrenamientos, para que nuestros retoños se conviertan tarde o temprano en hombres y mujeres de pro. Y mientras nuestros hijos investigan moldeando arcilla o chutando un balón, los abnegados padres ¿Qué hacemos? Pues esperar, claro está. Que las clases duran de 30 a 50 minutos, con lo que no sale a cuenta regresar a casa y después volverlo a buscar. Y el tiempo de espera es largo, ya sea dentro del coche o en el pasillo adjunto a la clase. 
Creo que, cuando mis hijos cumplan la mayoría de edad, yo los habré esperado a que terminen de sus clases prometedoras más tiempo que el de una gestación. Pero de gestación de un elefante.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De como el ratoncito conoció al elfo

"¡Mira, mamá!" me dice mi pequeño orgulloso, mostrándome una pequeña caja de plástico azul en forma de baúl. "¡El diente que se me movía se me ha caído durante la comida en el cole!". Pues veremos lo que te trae esta noche el Ratoncito Pérez. En casa, aunque en Massachusetts, intentamos mantener las tradiciones con las que hemos crecido mi marido y yo. En el caso de los dientes, a nuestros pequeños no los visita el hada de los dientes americana, la famosa Fairy Tooth . En nuestra casa aparece el Ratoncito Pérez, para traer algún pequeño regalito como intercambio del diente que descansa quietecito debajo de la almohada. Pero hoy mi pequeño me pide que yo misma hable con el Ratoncito Pérez y le pida un regalo inusual. "Mamá, yo quiero que el Ratoncito Pérez me traiga de regalo al Elf on the shelf ". ¿Cómo?¿Y ese quién es? Reconozco que lo he visto multitud de veces en multitud de tiendas por las que paseo para encontrar regalos innecesarios para gen...

El camino de baldosas rojas

Como si de una Dorothy con zapatos de charol rojos cualquiera se tratase, los turistas de Boston no pueden dejar de visitar los lugares más emblemáticos de la ciudad siguiendo las baldosas rojas que empiezan en el Boston Common. Si en un principio se trataba de descifrar la ruta que Paul Revere siguió de noche, para alertar a los colonos que los británicos llegaban en tropel para atacarles, lo cierto es que estos adoquines te llevan a lugares históricos y emblemáticos de la ciudad. Entre otros lugares, podemos admirar el edificio del gobierno de Massachusetts; el cementerio donde está enterrado algún presidente de los Estados Unidos y algunos de sus familiares; la primera capilla anglicana; la escuela más antigua de América, la Boston Latin School; la casa de reunión del tea Party, dónde empezaron los discursos para conseguir la independencia americana; el sitio de la masacre de Boston; Faneuil Hall, reconvertida en un espléndido lugar para comer, pasear, y escuchar música en directo;...

Concepto playa en primavera

Debo reconocer que las playas que conocía hasta la fecha y las playas de Massachusetts son radicalmente diferentes. En todo. Bueno, vamos a comprobarlo: Vamos a por las similitudes: la única similitud que he podido encontrar es en lo básico, es decir que en ambos sitios hay agua salada (supongo) y arena. Nada más. Vamos a por las diferencias: Concepto playa en primavera anterior a Massachusetts: Llegas a la playa, te descalzas y caminas por la playa, tranquilamente, hasta que llega el momento de gritar como una posesa para impedir que tus niños se metan derechitos al agua, que en primavera aún está fría. El sol te pica la cara y unas gafas de sol nunca vienen mal. Después del paseo, encuentras un chiringuito con vistas a la playa y te sientas junto a tu media naranja y padre de tus hijos, mientras disfrutáis de una cervecita muy fría, unas aceitunas y una patatitas. Escuchas el ruido de las olas al chocar contra la playa, sientes a tu marido cerca y observas como est...