Acostumbro a conducir por autopista. Hacia Boston en hora punta prefiero la autopista a los semáforos de las carreteras colindantes. Hacia las afueras el camino también es mejor para evitar parar continuamente en los abundantes semáforos. Así pues, cada día tomo la autopista, la MassPike , para dirigirme al trabajo. A la entrada de la autopista, recojo un tíquet y a la salida, una persona me lo recoge y me dice lo que debo pagar. Y claro, pago. Las personas que están dentro de un reducido habitáculo muchas horas, entregando tíquets o recogiéndolos y cobrando a los conductores son muy diversas: - hay la señora ya mayor, con gafas y pequeñita, - el hombretón de panza enorme, - la chiquilla con trenzas por toda la cabeza, - el chico tímido que casi ni te mira, - el chico extrovertido que te contagia su amplia sonrisa, - la mujer madura con cara cansada, - el hombre de mediana edad con los ojos muy muy abiertos, -... y eso si, con fisionomías provenientes de todos lo...